Se hace sumamente importante el hecho de que en paralelo a todo el esmero que se hace desde lo empresarial sumemos esfuerzos en estar atentos a los protocolos que universalmente se han dictado para el manejo de esta crisis pandémica
Miguel Andrés Rodríguez/ Abogado CEO de Rodríguez y asociados. Derecho comercial y empresarial. Asesor en Fundación empresarios plus escuela de negocios. Cofundador plataforma de e-learning PODER TRASCENDER. Bussines Coach – Speaker internacional
Cuando se comienza a resurgir en los negocios después de pasar dificultades como verse casi abocados a la quiebra, despidos masivos de personal, ventas bajas, cierres temporales, cierres obligatorios como a los que nos llevo todo lo provocado por la pandemia del COVID-19, va creciendo en nuestro interior esa sed de desquitarnos de esos malos momentos y nos comprometemos tanto con el deseo de no repetir historias, que nuestra mente borra casi a un nivel de bloqueo esas amargas vivencias a fin de no querer ni un minuto pensar en aquellos malos momentos.
Lo cierto es que la pesadilla de meses atrás no ha culminado y el estar tan inmiscuidos en ese profundo deseo de dejar todo atrás, nos hace sin ser conscientes bajar la guardia.
Los indicadores del rebrote en materia de pandemia nos están casi que retornando a la pesadilla, Europa regresa a controles y cierres con horarios reducidos en sus comercios, sin dejar atrás los coletazos que se están viendo en aumento día a día en Centro y Sur América.
Si bien es cierto las estrategias comerciales que han salido de nuestro ser como empresarios para resurgir nuestros negocios, el estar mas conscientes en nuestros costos operativos, ventas, personal, atención al cliente y alianzas comerciales, nos ha permitido ver como el ser humano es capaz de ser extraordinario, cuando con el buen manejo de sus emociones en medio de crisis sabe sortearlas y volverlas oportunidades.
Pero se hace sumamente importante el hecho de que en paralelo a todo el esmero que se hace desde lo empresarial sumemos esfuerzos en estar atentos a los protocolos que universalmente se han dictado para el manejo de esta crisis pandémica, la salud de las empresas depende proporcionalmente de nuestra salud, no nos confiemos, cuidemos las aglomeraciones, respetemos los protocolos en los espacios públicos, en las oficinas, empresas o áreas de trabajo, respetemos el uso de los tapabocas no son para ser puestos en cabeza o cuello sino en el lugar respectivo de uso y como apoyo en prevención de contagios, así como planeamos y supervisamos cada área de nuestros negocios a fin de que no mueran por la crisis, seamos igual de responsables con la planeación de nuestra supervivencia y salud, por eso la invitación hoy es a: ¡NO BAJAR LA GUARDIA!