La evidencia nos indica que faltan canales de comunicación entre los industriales y de ellos con autoridades locales
Seth Pérez
Autoridades internacionales y todos los gobiernos buscan medidas de salud pero también evitar la debacle económica en sectores gravemente golpeados. Sin embargo para lograr ambos objetivos las decisiones parecen disyuntivas y no hay puntos de acuerdo, solo medidas unilaterales. A diez meses del confinamiento en pocos países hay comunicación, deliberación y toma de acuerdos entre los sectores que ha golpeado la economía. ¿Es posible aplicar medidas diferenciadas y atender ambos deseos?
Hace unos días el presidente de Francia pide el toque de queda que prohíbe actividades en ocho de las principales ciudades de 21 horas a 6 de la mañana y los gritos de los restaurantes y bares piden comprensión. La medida surge posterior a un pico de contagios y una pandemia que desata medidas que poco demuestran su eficacia y sobre todo son tomadas sin mejorar en los dos objetivos mundiales: recuperar la economía y disminuir la tasa de contagios.
Es entendible que los primeros meses de la emergencia sanitaria obligaran a toda autoridad a tomar decisiones poco populares pero con una esperanza de ayudar. Pero en Francia el tiempo no logró mayor comunicación, ni mayor evidencia para lograr un desconfinamiento efectivo. Imagine Usted, limitar el aforo de restaurantes con un horario menor, en muchos casos provocó un mayor contacto de personas que buscaron salir porque la saturación ya no se daba dentro de los locales sino fuera o en otros sitios como autobuses, estacionamientos y calles. Por un lado la necesidad de frenar los contagios debe ayudar a disminuir los contactos y esta nueva medida provocó que la noche anterior al confinamiento miles de parisinos salieran para aprovechar el último día con aglomeraciones en lugar de una distancia segura.
La evidencia nos indica que faltan canales de comunicación entre los industriales y de ellos con autoridades locales que en mayor medida son quienes determinan la forma de hacer nuestra vida diaria. Para solventar los problemas de esta nueva realidad y los que vendrán de un nuevo orden mundial, requieren más comunicación, deliberación y toma de acuerdos para lograr objetivos comunes. Se desearía encontrar alternativas y determinar soluciones creando de los caminos opuestos, rutas que comprometan a todos y permitan que por igual, todos logren el mayor bienestar ¿Usted qué opina?