Hay un camino largo que recorrer para poder garantizar la integridad física de todas las personas en las calles mexicanas.
Claudio Sarmiento y José Urquiza
Esta semana celebramos dos importantes acontecimientos en pro de la Seguridad Vial. Por un lado, la Cámara de Diputados aprobó una reforma que modifica los artículos 4°, 73, 115 y 122 de la Constitución Política Mexicana para incluir el derecho a la movilidad y que mandata a expedir la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial. Por otro lado, la ONU lanzó oficialmente un segundo decenio de Acción por la Seguridad Vial 2021-2030, con el objetivo de reducir en un 50 por ciento las muertes y lesiones en vialidades alrededor del mundo. Sin embargo, todavía hay un camino largo que recorrer para poder garantizar la integridad física de todas las personas en las calles mexicanas.
México se sumó al primer decenio por la Seguridad Vial 2011-2020 convocado por la ONU bajo el reconocimiento de posicionarse como el 7° país con más muertes por causa de accidentes viales en el mundo. Pero a pesar de haber implementado mejoras en la respuesta, atención y prevención de incidentes viales, las acciones emprendidas no han sido suficientes, ya que seguimos contando con un alto índice de fallecimientos viales. Se contabilizaron 15 mil 574 muertes en 2018, cifra que se aproxima a un tercio de los homicidios dolosos ocurridos el mismo año en nuestro país. Para el caso específico del estado Querétaro, se pueden contrastar los reportados 8 mil 136 “delitos contra la vida y la integridad corporal” contra los 13 mil 402 “accidentes viales” registrados por INEGI. No obstante, año con año nuestros gobiernos han invertido más en la construcción y mantenimiento de obras viales de alta velocidad, que en la adecuación de vialidades existentes para prevenir accidentes y brindar seguridad a peatones y ciclistas.
Estamos ante una oportunidad inigualable para que nuestros representantes locales atiendan la convocatoria de la sociedad con el objetivo de legislar, elaborar planes y aplicar estrategias con el objetivo de atender una de las principales causas de muerte y lesiones prevenibles en nuestra ciudad, y una de las claves se encuentra en normalizar las acciones para reducir la velocidad de los automóviles.
MT