El Gobierno es un espacio que permite construir pero que también permite destrozar y sobra mencionar quien sería un ejemplo de esto
Hugo Lora
Esta semana se da el inicio de la segunda quincena del mes de octubre y con esta empieza el proceso electoral en nuestro estado. En este se contenderán 437 cargos de elección pública que incluyen la gubernatura, 25 diputaciones locales, 18 presidencias municipales, entre otros.
La idea de que el voto no es importante por que no logra cambiar nada ha sido destruida de manera espectacular con lo que vemos está pasando a nivel nacional. El Gobierno es un espacio que permite construir pero que también permite destrozar y sobra mencionar quien sería un ejemplo de esto. La lista de fallas es muy larga y cada vez se añaden más temas: salud, economía, seguridad, estado de derecho, separación de poderes, manejo de la pandemia y muchas más. La pregunta aquí sería: ¿qué se está haciendo bien? Y la respuesta es muy sencilla: casi nada.
Pero si nos acercamos a Querétaro las cosas son completamente distintas, podríamos decir que nuestro estado es un oasis dentro del desierto fabricado por el ejecutivo. Por octava ocasión el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) publicó su índice de competitividad estatal en el que ponen a nuestra entidad como la segunda más capaz de México con primeros lugares en temas como: gobiernos eficientes y eficaces, mercado de factores eficiente e innovación y sofisticación en los sectores económicos. Se reconoció la facilidad con la que se puede abrir una empresa a comparación de las demás entidades, la interacción de la ciudadanía con el gobierno estatal, su atractivo para la población foránea con educación superior, su igualdad salarial, la cantidad de patentes solicitadas, entre otras. En resumen, nuestro estado tiene una gran capacidad para forjar, atraer y retener el talento.
Vemos como el virus de MORENA quiere infectar todas las entidades del país, ya tiene 6 y está buscando otros 15 el próximo año. Es importante reconocer que las cosas se han hecho bien y no dejar que esta marea púrpura llegue a nuestras costas. El que Querétaro siga siendo un estado del que podamos estar orgullosos está en nuestras manos, no lo dejemos ir.