Es importante comprender que la causa por la que se ha luchado ha desesperado a las activistas, ante la impotencia de ver que se siguen perdiendo vidas no sólo en Querétaro sino en el mundo
Raúl D. Lorea/Columnista
En mayo de 1987 se llevó a cabo el 5° Encuentro Internacional Mujer y Salud, celebrado en San José, Costa Rica.
En dicho encuentro se acordó instituir el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres como recordatorio mundial para abordar las diferentes causas de enfermedad y muerte que afectan a las mujeres.
Se estimaba en aquel entonces, que medio millón de mujeres en el mundo (la mayoría en países en vías de desarrollo), morían por causas relacionadas con el embarazo, parto, puerperio y/o aborto inseguro, situación que no era atendida por los gobiernos de aquellas fechas ¿le suena familiar, amable lector(a)?
Para 1990, en el 5° Encuentro Feminista Latinoamericano, se tomó la decisión de instituir el 28 de septiembre como el Día por el Derecho al Aborto de las Mujeres en América Latina y del Caribe, conocido más tarde como el Día de Acción Global por un Aborto Legal y Seguro.
Lo anterior, por considerar que las complicaciones por abortos inseguros y/o clandestinos constituyen la primera causa de muerte de las mujeres de la región. Se eligió esa fecha para conmemorar a su vez el día que se promulgó la Ley de Libertad de Vientres, por la que se consideró libres a todas las hijas e hijos nacidos de mujeres esclavas a partir de 1971 en Brasil.
Como puede ver, amable lector(a), el movimiento feminista no es nuevo, y no sólo en Querétaro, sino en el resto del mundo, año con año crece y cobra fuerza. Las mujeres, como factor de cambio, no han quitado el dedo del renglón y siguen en pie de lucha para lograr el reconocimiento de sus derechos.
En lo individual y en lo colectivo, todos tenemos derecho a manifestarnos. Independientemente de mi opinión, como arquitecto y como amante de mi ciudad o de sus monumentos, es importante comprender que la causa por la que se ha luchado ha desesperado a las activistas, ante la impotencia de ver que se siguen perdiendo vidas no sólo en Querétaro sino en el mundo.
Los monumentos y edificios históricos dan identidad a la sociedad, sus afectaciones no necesariamente impactan a las autoridades y actores políticos, sin embargo, de estos “golpes” que recibe la ciudad, podría surgir la evolución que necesita la sociedad para acercarnos a nuestros ideales.