Rafaela Diegoli
Si algo nos ha enseñado la contingencia sanitaria que estamos viviendo este año es el poder de un buen liderazgo, pero también los riesgos de uno malo.
En los momentos de crisis, los líderes nos ayudan a enfocarnos en lo importante, nos motivan a dar un esfuerzo adicional y nos acompañan a resolver los problemas.
Algo muy particular de esta crisis, es que afectó por igual tanto los indicadores institucionales (ej. ventas, flujo de caja) como a las prioridades personales (ej. salud, cuidado de los hijos). Es decir, puede darse el caso que al mismo tiempo en que un colaborador se enfrenta a la caída en ventas en la empresa, también puede estar con su padre enfermo en el hospital.
De ahí, que los líderes que se han destacado en esta crisis en particular son aquellos más humanos, y que han puesto a la persona en primer lugar. ¿Cómo se identifica a este líder? Es aquel que al inicio de la conversación pregunta con sincero interés “¿Cómo estás? ¿Cómo está tu familia?”.
Es el líder que al enterarse por terceros que estás enfrentando un problema personal, te marca para preguntar cómo puede apoyar y te deja claro que primero tienes que cuidar de ti, de tu familia, y que el trabajo, alguien más lo puede hacer temporalmente.
Es el líder que entiende que la salud mental es tan importante como la salud física, y que estar conectado todo el día no te hace mejor profesionista. Es el líder que te dice “somos un equipo, nos apoyamos entre todos, y juntos saldremos adelante”. Es el líder que promueve en el equipo el “¿Cómo te ayudó?” y rechaza el “¿Por qué yo?”.
Partimos de viejos entendidos sobre lo que significa ser un líder, que en las condiciones actuales ya no pueden operar, y mucho menos aportar.
Cuando el líder entrega lo mejor de sí al equipo, se lo regresan al doble. No se trata de esperar por una política o lineamiento institucional, se trata de una reflexión profunda que debe hacer cada líder de equipo sobre el impacto que quiere tener en la vida de las personas con las cuales tiene el privilegio de trabajar. La pandemia ha dejado en claro la necesidad de un nuevo liderazgo. Aprendamos todos de los raros y buenos ejemplos.