A pesar de que el reporte de Mueller presentó suficiente evidencia de la cooperación entre la campaña de Trump y agentes rusos, así como de los esfuerzos de Trump por obstruir la justicia, el propio Mueller fue incapaz de llegar al fondo
Alejandro Gutiérrez Balbosa/Columnista
A punto de salir a la luz el libro de uno de los principales investigadores de la trama Donald Trump-Rusia para derrotar electoralmente a Hillary Clinton en 2016, se develan varios hechos que incriminan al presidente norteamericano.
Robert Mueller fue director del FBI de2001 a 2013 y en mayo de 2017 fue nombrado por el Departamento de Justicia fiscal especial para investigar el involucramiento ruso en las elecciones de 2016 que dieron el triunfo a Donald Trump. Como director del FBI se labró una reputación de eficiencia, dedicación y profesionalismo. La investigación de la denominada trama rusa duró 22 meses, al final de lo cual presentó un reporte.
A pesar de que el reporte de Mueller presentó suficiente evidencia de la cooperación entre la campaña de Trump y agentes rusos, así como de los esfuerzos de Trump por obstruir la justicia, el propio Mueller fue incapaz de llegar al fondo y se contentó con presentar cargos contra 2 personas, llegando a un acuerdo para el caso del consejero de seguridad nacional, el Gral. Michael Flynn, que mintió en un testimonio jurado y fue evidenciado en sus ligas con los rusos.
Entre las evidencias encontradas, estuvo la de Paul Manafort, jefe de campaña de Trump, quien se reunió con un ucraniano que tenía ligas con la inteligencia y con oligarcas rusos. Y que también mintió repetidas veces, pese a estar bajo juramento. Inexplicablemente, Mueller no profundizó en las ligas y tratos financieros de la campaña de Trump con los rusos.
En junio de 2016, Donald Trump Jr. (hijo) se reunió en la Trump Tower con un abogado ruso que le ofreció material comprometedor de Hillary Clinton. Su hermana Ivanka aconsejó a su padre cómo ocultar evidencia de esas reuniones a la prensa. Nada de esto se investigó.
Al final, quedó claro que Trump es un hombre sin escrúpulos, un populista que miente descaradamente y no tiene ninguna guía ética normativa para lograr sus objetivos; es alguien que no repara en violar la ley y burlarse del sistema legal y constitucional de su país. Igualmente, que a base de mentiras y amenazas ha configurado una narrativa que le ha granjeado simpatías inocultables en un amplio sector del electorado norteamericano, así como en muchos lugares del mundo. Está muy cercano a lograr la reelección. Y Mueller no se atrevió a detener esto.
Un Virgilio Andrade o una Eréndira Sandoval no lo hubieran hecho mejor.