Esta misma camarilla de pseudo-representantes populares son los mismos que en su interior tienen miedo a perder el control de la administración pública estatal
Fernando Islas
Esta época del año se caracteriza en el ámbito político por albergar los informes de actividades de representantes populares y funcionarios públicos, todos estos alimentados con discursos en su gran mayoría electoreros y profundamente vacíos, mismos que están armados para enaltecer la figura del informante en cuestión y así exponer los supuestos éxitos en su último año al frente del cargo que ostentan.
Pero, ¿Acaso estos supuestos ejercicios de rendición de cuentas, cumplen con su objetivo de orígen? La respuesta es desalentadora para aquellos que buscamos la transformación de la vida pública de nuestro país, ya que por lo regular se realizan en espacios cerrados, con acceso controlado, repletos de “acarreados” y con la orden de suprimir cualquier clase de eventualidad que incomode al que presume de dar la cara al pueblo que hipotéticamente representa.
Esta misma época de informes también se presta a fungir como una temporada de promoción sin medida, muestra de ello es lo que vivimos en el Municipio de Querétaro, donde el Alcalde (si, ese que llegó de manera opaca a la silla presidencial) se ha empeñado en inundar la capital con su rostro, buscando de manera desesperada posicionar su figura en el imaginario colectivo de las y los ciudadanos. Para su mala fortuna y la de los blanquiazules que añoran una reelección del actual titular del ejecutivo municipal, su campaña ha generado repudio, indignación por el gasto desmedido y una exigencia ciudadana de transparentar lo gastado en promocionar un trabajo gris y distante de las necesidades reales que la ciudadanía tiene en la capital del estado.
No cabe duda que la clase política de siempre carece de sensibilidad al momento de destinar cantidades obscenas de dinero a publicitarse con el objetivo de mejorar su posicionamiento mediático, un acto egoísta que ignora las exigencias del pueblo que se relacionan con temas de seguridad, empleo, salud y dignificación de espacios públicos. Esta misma camarilla de pseudo-representantes populares son los mismos que en su interior tienen miedo a perder el control de la administración pública estatal y con ello la capacidad de continuar viviendo de manera suntuosa a costa del erario.
Las elecciones están a la vuelta de la esquina, las maquinarias electorales de los que gobiernan están siendo aceitadas, pero estos amantes del culto a la personalidad no logran dimensionar el descontento popular que existe con ellos a causa de su incapacidad de darle rumbo a nuestra entidad y justamente ahí es en donde existe una gran posibilidad de que en unos cuantos meses vivamos una alternancia real en Querétaro.