La historia moderna de la democracia en Querétaro inicia con el período priista de 67 años que comprende de 1930 a 1997
Fernando Islas
Nuestro estado ha sido sede de importantes y grandes luchas que son parte elemental de las transformaciones que ha tenido México, sin embargo estos antecedentes revolucionarios poco han permeado en la vida democrática de Querétaro.
La historia moderna de la democracia en Querétaro inicia con el período priista de 67 años que comprende de 1930 a 1997, más un período extra del 2009 al 2015, secundado por una alternancia simulada encabezada por el PAN de 1997 a 2009 y el sexenio actual que inicia en 2015 y que afortunadamente concluye el año siguiente.
Por ello la importancia del próximo proceso electoral para MORENA Querétaro en donde juega un papel protagónico para que por vez primera el Poder Ejecutivo Estatal se encuentre encabezado por una alternancia genuina, lejana a los acuerdos cómplices del pasado y que represente de manera auténtica la voluntad popular de las y los queretanos. Como lo he compartido en otras colaboraciones, el camino ganador para MORENA en Querétaro se reduce a dos perfiles, ambos grandes académicos y funcionarios comprometidos con la encomienda que el compañero Presidente Andrés Manuel López Obrador les ha encomendado, por esa parte la representación local del partido en el gobierno puede estar tranquila, sin embargo tiene que poner especial a los diferentes personajes que se ostentan como grandes amigos de personajes estelares de la Cuarta Transformación, representantes de la voluntad popular o en su defecto que no tienen reparo en “chapulinear” una vez más de partido con tal de seguir viviendo del erario público.
Por otro lado ya con los priistas resignados a continuar en el basurero de la historia, los únicos oponentes medianamente serios son los que representan al Partido Acción Nacional, que amparados en el dominio casi absoluto que tienen de municipios, diputados y por supuesto de la gubernatura, le apuestan a ganar con las acostumbradas dádivas que se ofertan cada proceso electoral, ignorando el malestar generalizado que existe por una de las administraciones más opacas de los últimos años.
La mesa está puesta para el Movimiento de Regeneración Nacional, si logra blindar sus filas de arribistas que representan la política putrefacta que nos tiene en el hartazgo social y primordialmente generar un consenso al interior del partido respecto a quien encabeza la candidatura a gobernador, prácticamente estaríamos viendo los últimos días del partido blanquiazul como la principal fuerza política en Querétaro.