Muy lejos de enfrentar la justicia por sus acciones abiertamente terroristas, tanto Montoneros como la otra organización subversiva, el Ejército Revolucionario del Pueblo, lograron un sonado triunfo durante la transición a la democracia argentina
Alejandro Gutiérrez Balboa/Columnista
A 50 años de la muerte de dos de sus primeros jefes, la organización terrorista argentina Montoneros ha publicado un anuncio titulado: “Murieron para que la Patria viva”, en el que reivindican su agrupación, su actuación y sus viejo postulados, recordando sus muertos a manos de la dictadura militar en su país. Pero en el manifiesto, ni una palabra dedicaron a los miles de muertos que ellos causaron, entre víctimas y sus propios militantes, caídos al ser enviados a acciones suicidas o durante las varias “purgas” internas que efectuaron.
Muy lejos de enfrentar la justicia por sus acciones abiertamente terroristas, tanto Montoneros como la otra organización subversiva, el Ejército Revolucionario del Pueblo, lograron un sonado triunfo durante la transición a la democracia argentina, encarcelar a los principales dirigentes militares que les derrotaron en la guerra que entablaron, al tiempo que consiguieron jugosas indemnizaciones de los gobiernos civiles que se sucedieron desde fines de 1983, con el pretexto de ser víctimas de violaciones a sus derechos humanos.
Larga y accidentada ha sido la historia argentina posterior a la guerra entre la subversión y los militares de los años 70s y 80s, pero resulta deleznable que hoy reivindiquen acciones armadas para hacerse del poder, apadrinados por Cuba, con su cauda de atentados, bombas, secuestros y hasta profanación de cadáveres que efectuaron en su apogeo,. De los 3 principales dirigentes montoneros sobrevivientes, dos han hecho carrera y ocupado cargos en el gobierno.
Los subversivos argentinos perdieron la contienda armada claramente, pero ganaron la guerra de la propaganda y una buena parte de sus militantes ocupan hoy diversos puestos en el gobierno, protegidos por el matrimonio Kirchner.
Otro aspecto que pasaron por alto los Montoneros es el reconocimiento de su dependencia con Juan Domingo Perón, el causante de la debacle argentina, país que pasó de ser una de las 4 economías más fuertes del mundo a los inimaginables niveles de marginación y subdesarrollo que hoy padece. Sin Perón, sin su padrinazgo, Montoneros simplemente jamás hubiera existido.
Modelo de lo que es un gobierno populista: corrupto, demagogo y manipulador en extremo, la pareja Perón/Eva Duarte logró un poder e influencia sin medida, gracias a su narrativa que permeó ampliamente y a la parálisis de una sociedad que no hizo nada para detenerlos. El costo fue despeñar al país en ciclos de crisis económicas y políticas interminables.
Perón fue ejemplo de fracaso como gobierno en todos sus resultados, con la ruina del país. Pero los argentinos, después de haberse liberado de él en 1955, volvieron a votarlo en 1973. Por ello su ejemplo se replica en varios lugares.