Recorriendo los pasillos del Beaterio, me imaginaba la clausura de las religiosas que se tenían, porque propiamente al momento que se funda el Beaterio de San Juan del Río se hace con el objetivo de ser un lugar de oración
Francisco Pájaro Anaya/Columnista. Twitter: @fcopajaro
El fin de semana pasado, me encontraba en el Monasterio del Beaterio de Nuestra Señora de los Dolores, aquí en San Juan del Río, el único que sigue funcionando desde 1683 hasta el día de hoy en el mismo lugar de fundación y con la misma orden religiosa con que se fundó, y ahora que estamos en tiempo de COVID, las reglas para visitar esté lugar se han vuelto más estrictas, sin embargo, a pesar de esta situación, no se parece en nada a la forma en que se vivían los conventos y monasterios en los siglos XVIII y XIX, ya que las reglas internas y las formas de la sociedad han cambiado muchísimo.
Recorriendo los pasillos del Beaterio, me imaginaba la clausura de las religiosas que se tenían, porque propiamente al momento que se funda el Beaterio de San Juan del Río se hace con el objetivo de ser un lugar de oración, de reflexión pero a la vez de enseñanza como en su lejano antecedente se tenía contemplado, de hecho cuando el Presidente Benito Juárez, autoriza que continúe el Beaterio funcionando, esto pone como condición que siga como lugar de enseñanza para las niñas de la ciudad.
Pero así las cosas, en San Juan del Río, existieron tres conventos, dos masculinos y uno femenino.
El convento de San Juan de Dios, fundado por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (Juaninos), quienes se dedicaron a crear el primer hospital que existió en nuestra ciudad y que por mucho tiempo se dedicaron a las cuestiones sanitarias al ser el paso del Camino Real de Tierra Adentro.
De ese convento sobrevivió por mucho tiempo en el mismo lugar el Hospital que se convirtió en el Hospital Civil y posteriormente en el Hospital General de San Juan del Río, las actuales instalaciones son ocupadas por la Universidad Autónoma de Querétaro.
El otro convento masculino fue el Convento de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, el cual fue fundado por la Orden de Predicadores (Dominicos), los cuales se establecieron en esta ciudad con el objetivo de poder salir de este lugar hacia la Sierra Gorda queretana, de esta forma se atendieron en una primera instancia a los misioneros dominicos, aunque luego, por razones prácticas, se funda el convento dominico de la ciudad de Santiago de Querétaro, el cual tuvo la misma finalidad.
Este convento fue desocupado con motivo de la aplicación de las leyes de reforma y posteriormente fue entregado en comodato al Ayuntamiento de la ciudad para ser sede del mismo, ahora sigue siendo ocupado por oficinas administrativas municipales, sin embargo existe la propuesta que hemos hecho muchos sanjuanenses para que ese lugar sea destinado a un Museo de la Ciudad y un lugar de investigaciones para la historia de San Juan del Río.
El Monasterio de Nuestra Señora de los Dolores, Beaterio, es el único en la ciudad que continua con sus funciones desde la época virreinal, ahí el tiempo se detiene y pareciera que no ha caminado el reloj de la historia, sin olvidar el presente en que vivimos; las religiosas que habitan el Beaterio, rigen su vida en oración y en trabajo, en donde cada una tiene una labor y un tiempo de oración, pero todos guiados por las reglas que tiene este lugar.
Aunado a la enorme tradición gastronómica y de atención a los sanjuanenses que ha perdurado por siglos. Esto es parte de los lugares emblemáticos de nuestro querido San Juan del Río.