El nuevo rol del poder judicial se antoja supremo y con bases sólidas para brindar un correcto desempeño en la solución de conflictos, y la argumentación jurídica sirve así para combatir con mejores técnicas y herramientas de derecho
Juana del Carmen Ramos/ Profesora del Departamento Regional de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro. [email protected]
La transformación del sistema de interpretación normativa en México ha demandado contar con un pilar democrático basado en principios para formar parte de las nuevas teorías de la argumentación.
El nuevo rol del poder judicial se antoja supremo y con bases sólidas para brindar un correcto desempeño en la solución de conflictos, y la argumentación jurídica sirve así para combatir con mejores técnicas y herramientas de derecho, por ejemplo a la dura realidad de la corrupción y del poder en nuestro país cuando intenta volverse absoluto y por ende, injusto.
El juez entonces, gozará de facultades interpretativas basadas en principios contenidos en la Constitución a través de la argumentación para resolver en justicia dichos conflictos, y considerando aquellas normas internacionales derivadas de pactos y tratados que entran a formar parte de nuestro régimen normativo interno.
Pero lo anterior, no debe entenderse como una libertad absoluta y sin límites otorgada al juez quien deberá basar sus decisiones ante todo en un principio de racionalidad legítima, que constituye en sí el límite a su quehacer judicial y que lo delimita en aras de la justicia como operador del Estado Constitucional de Derecho.
Ahora bien, el abogado en su concepción más amplia vive hoy dicho paradigma, el de la argumentación jurídica como algunos doctrinarios lo suelen denominar, y lejos han quedado aquellos tiempos en que prevalecía la empiria y la norma aislada; en tales circunstancias, la educación de los futuros abogados demanda nuevos retos de preparación teórica y práctica que les den una formación integral, buscando un aprendizaje dialéctico a través de esta nueva visión de la ciencia de derecho, y sí, corregir y mejorar donde deba hacerlo.
En tal sentido, los tiempos actuales demandan repensar el derecho, pues no sabremos sino pasado algún prudente lapso de ejercicio acucioso del profesional de la ciencia jurídica, si la argumentación jurídica en verdad es un instrumento más idóneo para hacer la vida más justa para todas las personas.