Confinado en una cuarentena, el ser humano ve reducido su espacio físico, el cual se limita a un determinado numero de metros cuadrados, dependiendo del tamaño de la vivienda
Joel Bravo/Profesor del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro. [email protected]
En mi colaboración para este mismo medio del 11 de enero pasado, señalé la necesidad de aprender a convivir con lo llamado inesperado, contingente y/o extraordinario. Lo sucedido en lo que va del presente año a nivel global ha ratificado esa aseveración.
En este contexto, ahora me gustaría invitar a una reflexión sobre el concepto de espacio que en las actuales circunstancias mundiales toma una importante relevancia y presenta características contrastantes.
Confinado en una cuarentena, el ser humano ve reducido su espacio físico, el cual se limita a un determinado numero de metros cuadrados, dependiendo del tamaño de la vivienda. Sin embargo, al mismo tiempo, otros tipos de espacio toman una mayor relevancia y trascendencia.
Es el caso del denominado ciberespacio, que con el actual contexto ha tenido la posibilidad de configurar nuevas realidades en varios sectores.
Una característica del ciberespacio es la posibilidad de creación de espacios “híbridos”, lugares en donde pueden confluir lo físico y lo virtual. Por ejemplo, las decisiones ahora se toman en juntas llamadas “virtuales”.
Personas físicas en un ambiente virtual no es algo nuevo, pero sí lo es el empoderamiento del uso de estos espacios híbridos, ahora por necesidad, pero en un futuro quizá sea la opción más utilizada, por un sinnúmero de ventajas que presentan.
Del mismo modo, los espacios públicos ceden su lugar a los espacios virtuales. Algo tan público como un partido de fútbol, ahora no tiene espectadores físicos, sólo virtuales. ¿Acaso el público físico será sustituido definitivamente por el virtual?
Son miles contra millones de espectadores que el ciberespacio puede proporcionar, de forma sincrónica o asincrónica.
La “nueva normalidad”, a la que se hace referencia en varios lugares del planeta, puede contener una mayoritaria ausencia física. Los costos se reducen y el control se optimiza. Los espacios virtuales también tienen nuevas normalidades.