El voto de seis personas contra una, desecha la petición de prórroga que Alfonso Ramírez Cuellar, Presidente interino de MORENA, había solicitado
Fernando José Islas Blas
El fallo del pasado viernes por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) hace que diferentes fantasmas del pasado (que no se olvidan) regresen a la mente de las personas que durante décadas hemos luchado por democratizar la vida pública de México y que a la vez hemos sido testigos de como el actuar de este órgano ha afectado las diferentes luchas sociales y electorales que la izquierda mexicana ha librado en el largo camino por construir una nación donde quepamos todos, sin exclusión alguna.
El voto de seis personas contra una, desecha la petición de prórroga que Alfonso Ramírez Cuellar, Presidente interino de MORENA, había solicitado para posponer las elecciones internas del actual partido político en el poder. Sumado a este veredicto está la controvertida decisión de que el Instituto Nacional Electoral (INE) sea quien organice el proceso electoral al interior del partido-movimiento, dejando como método de elección una encuesta telefónica que carece hasta el momento, de un método claro para seleccionar el universo a consultar para definir el futuro del principal aliado del Presidente Andrés Manuel López Obrador en la construcción de la Cuarta Transformación Nacional.
El segmento de la sentencia en donde menciona que se encuestará a simpatizantes y militantes, deja un vacío que permite la participación de personas ajenas a MORENA, en una decisión que compete exclusivamente a las personas que a través de su militancia y trabajo incansable desde diferentes trincheras, han logrado que hoy a seis años de su fundación como partido político, el Movimiento de Regeneración Nacional sea un ejemplo a seguir en Latinoamérica.
Desafortunadamente esta decisión del Tribunal ha generado molestia en un amplio sector de la militancia, misma que desconfía (con conocimiento de causa) del actuar del INE no solamente en el próximo proceso de renovación de la Secretaría General y la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, sino en su injerencia en el proceso electoral del año 2021.
Y es que estimado lector, la desconfianza que se le tiene al TEPJF y la intervención que estaría marcando un probable inicio del fin del proyecto transformador para la nación, se encuentra fundado en la historia misma. No olvidemos su actuar en las elecciones del 2006 donde se vivió un fraude electoral de dimensiones incalculables y la imposición de un Presidente que al poco tiempo daría seguimiento a la agenda privatizadora que los gobiernos neoliberales han impulsado desde los años ochenta, otro episodio de intervención se vivió en el 2008 cuando le fue entregada la presidencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a Jesús Ortega, marcando así el principio del fin de un partido que nació con vocación de izquierda y que hoy ha sido reducido a cenizas políticas que sólo fungen como aliados coyunturales del Partido Acción Nacional (PAN) abandonando de este modo su razón primaria de existencia, como último ejemplo de intervención les recuerdo el aval dado a Enrique Peña Nieto y al gasto excesivo ejercido durante su campaña en 2012, mismo gasto que fue ejercido a través de recursos de origen ilícito, mismos recursos que hoy son parte de las declaraciones de Emilio Lozoya, que incluyen al ex – presidente en una red de corrupción que involucra a diferentes personajes de la vida política nacional.
Los próximos 45 días naturales serán decisivos para el futuro no sólo de MORENA, sino del Proyecto Alternativo de Nación que ha sido promovido y defendido en las calles y en las urnas.
MT