Fue Fidel Castro quien inventó la “revolución bolivariana” de Hugo Chávez y se encargó de enviar miles de cubanos a Venezuela para controlarla
Alejandro Gutiérrez Balboa
Un ex marxista desencantado ha revelado que Cuba es quien ha auspiciado la violencia anarquista que el año pasado y el actual ha llenado las calles de varias ciudades de América Latina y Estados Unidos.
Cuba ha utilizado, desde la llegada de los Castro al poder en 1959, la estrategia de defender su revolución fuera de sus fronteras. Primero, los 30 años iniciales, fomentando movimientos armados en América Latina. Segundo, a partir de 1990 con la caída del Muro de Berlín, con partidos políticos, elecciones y gobiernos, a través del Foro de Sao Paulo y, tercero, desde 2019, con movimientos sociales y violencia callejera.
Fue Fidel Castro quien inventó la “revolución bolivariana” de Hugo Chávez y se encargó de enviar miles de cubanos a Venezuela para controlarla, ocupando así una nación pobre y en quiebra a una nación rica, que en 30 años fue desmantelada y sumida en la miseria. De 2015 a la fecha, la inteligencia cubana ha desbaratado un sinnúmero de conspiraciones de militares patriotas venezolanos.
Parasitariamente, Cuba se salvó dela hambruna por el dinero y el petróleo de Venezuela. Hoy, si cae Maduro, cae el anquilosado régimen comunista cubano. Lo mismo ocurrirá con Maduro si cae el régimen cubano.
En 2019, el Foro de Sao Paulo convocó a sindicalistas, movimientos indigenistas, feministas, abortistas, estudiantes y desplazados, con el propósito de auspiciar violencia callejera usando el pretexto de luchar contra el neoliberalismo, la desigualdad y el racismo. Y así hubo violentas manifestaciones callejeras en Ecuador, Colombia, Chile (donde causaron los mayores daños materiales) y México desde el año pasado; más recientemente en los propios Estados Unidos.
Aprovechando descontentos sociales, la estrategia cubana se ha descubierto en los lugares donde más violencia se ha generado. Todo esperando que Trump no se reelija y así ganar tiempo para que la dupla Cuba-Venezuela pueda seguir influyendo y llevando al poder a regímenes afines a ellos. Para ello no han dudado en aliarse con Irán y con terroristas de Hezbolla.
La suerte de los populismos de izquierda ha sido invariablemente funesta para las economías, pero con esta “ayuda” cubana y la probable derrota de Trump, se debe señalar al principal culpable.