La sustentabilidad tiene exactamente tres patas: ambiental, económica y social, paradójicamente, los seres humanos nos hemos encargado de que su equilibrio, lejos de ser estable, se haya vuelto precario
Eduardo Rosado Colmenares
En alguna clase de geometría aprendimos que por los tres puntos de un triángulo pasa sólo un plano. Esto lo corroboramos cuando una mesa de tres patas es estable mientras que si tiene cuatro – o más – fácilmente “cojea”.
La sustentabilidad tiene exactamente tres patas: ambiental, económica y social. Paradójicamente, los seres humanos nos hemos encargado de que su equilibrio, lejos de ser estable, se haya vuelto precario.
El científico Antonio Aretxabala reflexiona en Navarra Digital: “Aparece Greta, dice que hay que parar y nos entra la risa y vemos imposible parar la máquina. Y de repente, llega la pandemia y la ha parado. ¿Era posible? Sí. ¿Qué tiene repercusiones económicas? También.”
Deseamos que terminen las restricciones por la pandemia, pero la enérgica llamada de atención de la naturaleza debería sacudir de raíz la forma en que regresemos a la normalidad. Mientras el sector salud sigue librando la batalla en calidad heroica, la pandemia ha demostrado que podemos renunciar a lo superfluo, desplazarnos menos, consumir menos y local. La anhelada y a veces sobrevalorada libertad se ha visto duramente coartada: no podemos desplazarnos a voluntad, reunirnos con quien queramos. Las actividades masivas son impensables. El sector educativo reaccionó ágilmente para no interrumpir su actividad, que no se considera esencial en términos de supervivencia, pero sí que lo es: en lo inmediato, ocupa a los estudiantes. En el mediano plazo, los prepara para un futuro cada vez más incierto y retador. Sin embargo, está vedada la interacción cara a cara, con los cinco sentidos, afectando sobre todo la formación de los más pequeños, que no han tenido aún oportunidad de disfrutarla.
El regreso a la normalidad no puede seguir normalizando esclavitud, explotación irracional de personas y ecosistemas, consumo irresponsable, violencia en cualquier forma, incluida la discriminación y el abuso de poder. Aprovechemos el paro de la máquina para identificar lo esencial y no restaurar lo que atenta contra el frágil equilibrio de las tres patas de la sustentabilidad. Heredamos este planeta. Tenemos la responsabilidad de heredarlo.