Los ciudadanos abogan que no fue consensuado el proyecto de Alameda Norte y autoridades dicen que por la pandemia no se hizo la socialización
Leticia Aguilar/ Consejo de Urbanismo
Desde hace unas semanas, vecinos de las colonias aledañas a la Alameda Norte han mostrado resistencia en contra del proyecto de la remodelación del parque propuesto por el Municipio de Querétaro. Los ciudadanos abogan que nunca fue consensuado dicho proyecto, mientras que las autoridades defienden que fue la contingencia del COVID-19 lo que impidió realizar la socialización pertinente. Pareciera esto último la perfecta excusa para eludir una problemática mucho mayor, en el que claramente su origen no es una pandemia global.
Socializar un proyecto es una práctica que a un gobierno no sólo le cuesta más, en términos económicos, humanos y de tiempo, sino que le representa perder un poco del poder que tiene sobre las decisiones que se toman. Sin embargo, la socialización es una forma obsoleta y mal dirigida de incluir a la ciudadanía, pues sólo se basa en informar y negociar, más no en generar soluciones de manera conjunta.
En cambio, el diseño participativo, siendo un proceso que incorpora las necesidades de un grupo social, la guía y experiencia de expertos, así como el acompañamiento del sector público, resulta una práctica mucho más pertinente para garantizar que las decisiones tomadas desemboquen en un consenso comunal.
Esto sin duda conlleva a la aceptación, al sentido de pertenencia y al fortalecimiento del tejido social. Mientras que la socialización informa y basa sus propuestas en suposiciones o datos imprecisos, el diseño participativo co-crea y genera conocimiento desde la misma ciudadanía, con el fin de lograr un beneficio común.
Compartir la toma de decisiones pareciera una acción que a nuestras autoridades les cuesta de sobremanera realizar. A menos de que algo los fuerce, como en el caso de la Alameda Norte, pues las autoridades han accedido a una relativa apertura después de la presión ejercida por los vecinos. Sin embargo, ¿por qué se tiene que recurrir a parar una obra para que los ciudadanos sean escuchados? ¿A qué le temen las autoridades?