Por parte de Estados Unidos tenemos la salida de los principales tratados de libre comercio en la dimensión mundial a partir de la llegada al poder del Trumpismo
Daniel González
Los dos países que inventaron e impusieron la globalización neoliberal, porque así convenía a sus intereses en aquellos momentos, ya la han abandonado. Por parte de Inglaterra tenemos la salida de la Comunidad Europea con el Brexit. Por parte de Estados Unidos tenemos la salida de los principales tratados de libre comercio en la dimensión mundial a partir de la llegada al poder del Trumpismo.
Para Inglaterra la apuesta actual es el regionalismo, sosteniendo sus alianzas con Norteamérica pero con apertura al nuevo polo mundial de poder, es decir Asia; con China como su líder económico, Rusia como líder militar e India como aliado que aporta tecnología, recursos económicos y humanos.
Para Estados Unidos lo primero es asegurar su dominio sobre su patio trasero, América Latina, con la nueva versión de la Doctrina Monroe: América para los americanos. Y luego procurar mantener sus áreas de influencia en el resto del mundo.
El abandono de ese modelo obedece a que sería contraproducente para los países anglosajones sostenerlo dadas las tendencias actuales. China, Rusia y la India tienen las de ganar si se sostienen las mismas reglas, sencillamente porque van adelante en la carrera y no se contempla una estrategia para evitarlo.
Pero eso de ninguna manera significa que la guerra este definida. Estados Unidos sigue siendo una superpotencia militar, solo detrás de Rusia, que la desplazó con el desarrollo de las armas hipersónicas, que hacen parecer juguetes a los misiles gringos.
Los americanos también son líderes tecnológicos en áreas determinantes como robótica, inteligencia artificial y nanotecnología. También siguen siendo los líderes en las empresas informáticas, la agroindustria, la farmacéutica y muchas otras.
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Tiene sometido a gran parte del mundo en desarrollo a través de sus mecanismos financieros y sus bancos. Finalmente, tienen como arma geoestratégica su moneda. El dólar es la moneda del comercio mundial por excelencia.
Lo que más preocupa y ocupa hoy al gobierno de Estados Unidos es la consolidación del eje asiático. La consolidación del bloque China, Rusia, India sería la definición de la carrera por el dominio mundial.
Estados unidos se encuentra herido y no puede permitir que esos tres poderosos adversarios terminen en una coalición en su contra. Para ello Trump no ha escatimado esfuerzos buscando obstaculizar esa alianza.
Por lo que respecta a México, el fin de la globalización decretado por las superpotencias no significa que nos mandemos solos y podamos tomar nuestra propia ruta de manera autónoma. Ya dijimos que Estados Unidos hará todo lo posible por sostener y consolidar su dominio sobre todo el continente americano.
Los pasos que ha dado son sólidos. Ha logrado colocar aliados en los gobiernos de casi todos los países latinoamericanos. Piénsese en países como Brasil, Bolivia, Argentina, Colombia y Chile, en los que ahora cuenta con gobernantes muy afines a sus intereses.
Pudiera parecer que México, con Andrés Manuel López Obrador es la excepción, pero no es así. Para empezar debe tenerse en cuenta que el actual Presidente llegó al cargo gracias a la venia de Donald Trump. La razón fue sencilla, no se podía permitir que llegara al poder el grupo político y económico de su rival George Soros; es decir, el candidato del PAN y sus principales allegados.
Después debe observarse que México depende económicamente de forma profunda de los Estados Unidos. Las razones son históricas pero principalmente se debe a que los últimos treinta años nuestros gobiernos se entregaron, de forma desaforada, en los tentáculos de una nación que solo valora nuestras riquezas materiales pero nos desprecia como personas y como cultura.
Incluso hoy que hay buenas relaciones entre los poderes ejecutivos vemos como se aprovechan de nosotros al imponernos políticas internacionales ventajosas para ellos, como todas las contenidas en el nuevo T-MEC. O Cuando nos amenazan con aranceles que destruirían nuestra economía si no detenemos el flujo migratorio hacia su territorio. Cuando nos imponen un Apartheid con el muro fronterizo y sus políticas antiinmigrantes y racistas. Entre muchos agravios que podemos enlistar.
Es por ello necesario que comprendamos, especialmente nuestra clase política, que actualmente estamos maniatados y requerimos de estrategias nacionalistas inteligentes y de largo plazo. La paciencia y la sagacidad son indispensables para ir desatando poco a poco las ataduras.
La alternativa debe ser la alianza progresiva con nuestros hermanos latinoamericanos. Eso significa para nosotros el fin de la globalización y el comienzo de la regionalización del mundo. De lo contrario nos meteremos más en las fauces de un lobo supremacista blanco que nos desprecia y solo piensa en dominarnos para hacerse de las riquezas de nuestros territorios.
GCS
