Duque, extendió hasta el 15 de julio las medidas de aislamiento por culpa de la COVID-19 y las autoridades locales, no todas, para tapar su incapacidad para saber administrar decretaron sanciones para quienes no tengan tapabocas, en la calle.
Pero ¿qué quieren con ello? Tapar la corrupción que impera, donde los que tienen el poder, gobiernan como si el país fueran fincas de su propiedad.
La ampliación del aislamiento sirvió para demostrar que no hubo planeación para días especiales como el del pasado 19 de julio done supuestamente el comercio ofrecería electrodomésticos y tecnología sin el cobro de un impuesto de ventas, pero que resultó ser un fraude porque los propietarios de los almacenes variaron el valor de adquisición de los artículos y no existió ninguna rebaja.
Pero el pueblo inculto, aprovechó las circunstancias para salir desbocado a realizar sus compras, no respetó las medidas de prevención, lo que hace prever un nuevo brote de la pandemia en regiones que no estaban contaminadas, en forma exagerada.
Fechas como la que paso han servido para que los padres (ladrones) de la patria redacten, sin hacer bulla, leyes para permitir, por ejemplo, vender a corto plazo, bienes de la nación, como la empresa Ecopetrol, a particulares, con un lucro particular.
El gobierno no puede alegar que desconocía lo que iba a suceder si ya había una referencia cercana por la celebración del Día de la Madre y la jornada que se programó de un total de tres, coincidía con la celebración del Día del Padre.
Ignorancia de los mandatarios y sus asesores no se puede pensar, porque varios de ellos o sus familiares, han vivido 40 años o más efectuando saqueo al erario público.
Por su parte Trump y Maduro siguieron en la eterna perorata de dialogar con condiciones, algo que no se va a realizar y estamos seguros que primero se irá primero el mandatario estadounidense de su cargo que el suramericano.