Con el deshielo del Ártico las amenazas se han incrementado, con más inundaciones por el desborde de los ríos y la aparición de plagas de insectos, nocivos para la vegetación
Alejandro Gutiérrez
En 1812, el ejército de un invencible Napoleón fue derrotado en Rusia por varios factores, uno de ellos, el ”general Invierno”, desconocido para los europeos, y eso que sólo llegaron a Moscú que se encuentra a 55 grados de latitud norte, no marcharon hacia tierras más frías al norte. En 1941 Hitler repitió la experiencia para ser detenido y rechazado a las puertas de Moscú, por tropas siberianas acostumbradas al más riguroso de los inviernos.
En días pasados, la localidad de Verjoyansk, en Siberia, ubicada a 67 grados de latitud, muy cercana al Círculo Polar Ártico, vivió un día con una temperatura de 38 grados centígrados, la más alta jamás registrada en esas tierras. El calentamiento global cada vez se manifiesta en toda su plenitud.
En Verjoyansk, una de las poblaciones más frías del planeta, suele alcanzar en invierno temperaturas de hasta 70 grados bajo cero, y, de acuerdo a científicos rusos, esa temperatura veraniega no se esperaba sino hasta el año 2100. Esto quiere decir que el calentamiento del Ártico se ha adelantado 80 años, siendo en esta localidad lo habitual en verano temperaturas de hasta 15 grados.
Entre los muchos problemas que esta situación acarrea a las regiones siberianas está el incremento de los antes desconocidos incendios forestales. Este año, los incendios ya han arrasado una superficie 10 veces mayor a los del año pasado. Solamente el mes pasado ardieron 4.8 millones de hectáreas de bosque. Para Rusia, el año pasado fue el más cálido en 120 años.
Con el deshielo del Ártico las amenazas se han incrementado, con más inundaciones por el desborde de los ríos y la aparición de plagas de insectos, nocivos para la vegetación. Por si fuera poco, precisamente por el calentamiento desmedido, un depósito de almacenamiento de combustible colapsó y se rompió por el deshielo de la capa de suelo que siempre estaba congelada, provocando un desastre ambiental (otro más) al inundarse los ríos cercanos con el derrame, algo que no ha sido controlado aún, con los consiguientes daños a los ecosistemas.
Mientras en estos lugares la situación es ya de emergencia, los gobiernos populistas siguen irresponsablemente ignorando el problema y apostando a los recursos causantes del calentamiento global como si nada ocurriera. También en este tema, lo mismo que el manejo del coronavirus, habrá sanciones internacionales y castigos a los responsables muy pronto.