Podemos regresar a habitar el espacio público con las medidas de seguridad recomendadas y aprovechar el reducido volumen de tránsito vehicular
Paola Bárcena / Visión Tec
Esta es una reflexión acerca de la ciudad como espacio físico de convivencia que hemos dejado en pausa gracias al confinamiento causado por el COVID-19 y el planteamiento sobre qué nos encontraremos al salir nuevamente; se ilustran dos escenarios: el del distanciamiento permanente y del (re)encuentro de una comunidad empática que reclama el espacio perdido ante el virus y lo (re)habita con intención.
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El riesgo de contagio y las recomendaciones han reforzado las medidas de protección sanitaria, aunque ninguna se percibe tan eficaz como el distanciamiento social, desde nuestra propia familia y amigos, hasta del contacto con el vecino, el proveedor de algún servicio o el desconocido en la calle. Este es el curso de acción más adecuado para quien tiene el privilegio de poder hacerlo, pero a la larga puede promover efectos que fragmenten aún más el tan dañado tejido social y causar el deterioro de los espacios públicos en la ciudad, resultando en un círculo vicioso de abandono e inseguridad.
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En caso contrario, podemos regresar a habitar el espacio público con las medidas de seguridad recomendadas y aprovechar el reducido volumen de tránsito vehicular para reclamar el espacio secuestrado por el uso del automóvil y regresarlo a las personas ampliando banquetas, fomentando recorridos y paseos peatonales, priorizando el uso de la bicicleta e incluso permitiendo la extensión de comercios y restaurantes hacia el espacio público manteniendo la distancia, pero logrando encuentros, intercambio y cohesión social. La convivencia entre distintos grupos sociales y el compartir experiencias, manifestaciones culturales e inteligencia social, pueden convertirse en un antídoto a la estigmatización y la creación de estereotipos que derivan en mayor segregación, violencia e inseguridad; así como en un promotor de una vida saludable y reactivador de la economía local.
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Es nuestro momento de soñar la ciudad que queremos habitar y construir juntos, ¿a cuál queremos regresar?