En Venezuela no hay combustibles y con la caída internacional de los precios del petróleo, la situación solamente podía empeorar
Alejandro Gutiérrez Balboa
La pandemia ha castigado las economías de todos los países del planeta. De acuerdo a las previsiones, oportunidad y medidas acertadas tomadas por unos cuantos gobiernos, en algunos países el impacto será absorbido en menos tiempo. Pero en otros, se viven tiempos de catástrofe. Venezuela es uno de éstos.
La hiperinflación, desatada desde hace más de 2 años, y de acuerdo con lo que publica la Asamblea Nacional, es del 4,210%. El Banco Central no emite datos con regularidad, pero con esta base, se puede calcular la dimensión de la crisis sin pandemia. El obligado confinamiento y la parálisis económica está flagelando aún más al pueblo sudamericano.
En Venezuela no hay combustibles y con la caída internacional de los precios del petróleo, la situación solamente podía empeorar. La llegada de la pandemia coloca al pueblo venezolano al borde de la hambruna, situaciones solamente vistas recientemente en Corea del Norte, Camboya y en países en guerra como Yemen, República Democrática del Congo o Afganistán.
Para analistas internacionales, el 32% de la población venezolana requiere de asistencia alimentaria y 6.3% de los niños menores de 5 años presentan este año una desnutrición aguda.
En el país con mayores reservas internacionales de petróleo hay una aguda escasez de gasolina, pero tampoco hay agua en Caracas, al haberse roto la planta de tratamiento del acueducto que le surte. El agua solamente fluía un día a la semana en la capital y cada 15 días en el resto del país. Hay escasez de gas, de electricidad y tanto el internet como la telefonía presentan graves deficiencias.
De Irán se han enviado 5 barcos petroleros, pero como Estados Unidos desplegó una flota naval en el Caribe, se duda que puedan descargar el envío que tiene un valor de 45.5 millones de dólares, mismos que el gobierno venezolano está pagando con oro que el equipo gubernamental está extrayendo de las minas. Se avecina otro conflicto internacional entre Irán y EU por este motivo.
El gobierno está, como muchos otros, ocultando las cifras de la pandemia, y ha aplicado un número mínimo de tests. Ante números y cálculos proporcionados por médicos y científicos locales, el gobierno ha amenazado con perseguirlos y les ha acusado de “desinformación”. En Venezuela, una tragedia, la pandemia, se suma a otra tragedia, las consecuencias de la actuación criminal de su gobierno, desde el mal día que Hugo Chávez fue elegido presidente.