Nuestros maestros merecen una gran felicitación, porque han pasado de las clases presenciales a las clases virtuales, enfrentándose con una situación imprevista
Francisco Pájaro Anaya
Ayer 15 de mayo celebramos el Día del Maestro, este año en el marco de una situación completamente distinta a los años anteriores y con una forma de desarrollar el magisterio muy distinto a lo que normalmente hacemos como consecuencia de la emergencia sanitaria que tenemos en el país por la pandemia que actualmente afecta a todo el mundo.
Este año desafortunadamente, no tuvimos ese momento de convivencia, de festejo, de felicitaciones con los alumnos; muchos extrañamos las aulas, donde pasamos mucho tiempo de nuestro día dando clases a las nuevas generaciones, extrañamos las palabras de los chicos, sus preguntas, sus ocurrencias y porque no decirlo, hasta los momentos que a veces nos desesperan.
En mi caso particular tengo diecisiete años dando clases en un colegio particular de San Juan del Río, pero a lo largo de este tiempo también he dado clases en otras escuelas en donde me he desarrollado como profesionista dando a conocer un poco de lo que conozco y que es necesario para la formación de los jóvenes estudiantes.
Ahora nuestras clases se han limitado muchísimo, de hecho, se han limitado a tener una comunicación meramente virtual en donde a veces podernos, mediante plataformas, tener algunas charlas con los chicos, o mandar mensajes a través del chat o dejar trabajos y recibirlos por correo electrónico, pero nada se compara con la presencia física de nuestros alumnos.
Derivado de eso este año, nuestros maestros merecen una gran felicitación, porque han pasado de las clases presenciales a las clases virtuales, enfrentándose con una situación que no se tenía en la mayoría de los casos prevista o que simplemente no estaba dentro de nuestra realidad. Hoy los maestros también nos han ayudado a conservar la calma con los chicos en las casas y han hecho que la educación continúe de una forma “distinta” pero con el entusiasmo que a muchos caracteriza.
Estamos seguros que falta poco tiempo para volver a las aulas, para compartir nuestros conocimientos, para seguir forjando el destino de miles de chicos y chicas que son el futuro de la Patria, por lo pronto el día de hoy les decimos: ¡Muchas Felicidades Maestros! y ¡Muchas Gracias!, por todo lo que en estos momentos han hecho por la educación de nuestro México.
Aprovecho para nuevamente recordar a todos nuestros lectores que nos quedemos en casa y que podamos seguir cuidándonos y cuidar a todos los demás. Animo, ya falta poco.