Para muchos colombianos, todavía hay un grupo reducido que no lo aceptan, entender que la pandemia COVID-19 era una enfermedad mortal
Pedro L. Jáuregui Ávila
Para los colombianos siempre será difícil asimilar que por un largo tiempo, más de un año probablemente, se tendrá que acostumbrar a convivir con la COVID-19, y usar tapabocas y guantes, para hacer un guiño a la pandemia. Pero mucho más es ver cómo se mata por deporte a líderes sociales, los políticos se roban las ayudas para los más necesitados y se ‘chuzan teléfonos’ a líderes sociales, exguerrilleros, periodistas y opositores del gobierno, por parte de unidades militares.
Pero anexo a lo último, hay tres ideas, a cual más descabelladas, pero que no pueden ser descartadas y que ayudarán a revelar por qué espían a estas personas y quiénes están detrás de las mismas acciones.
La primera es “remordimiento” de los que ejecutan el espionaje telefónico, al ver qué varios de los reportados aparecen muertos. La siguiente es que, por descuido se filtró la información y la última es que los ordenadores (supuestamente políticos), al ver que sus actividades de corrupción pueden sufrir un golpe muy fuerte, y crean una cortina de humo, para distraer la atención. Truculento, pero no se puede descartar.
Para muchos colombianos, todavía hay un grupo reducido que no lo aceptan, entender que la pandemia COVID-19 era una enfermedad mortal, que podía causar la muerte. Es decir, no era una cosa de juego y se la pasaban en bares, parques, reuniones sociales y organizaban espectáculos. Solo cuando vieron lo sucedido en Italia, especialmente en Bérgamo; Francia y Gran Bretaña empezaron a sentir miedo, por ellos y su familia.
Y aumentó el pánico al observar las fotos como las incongruencias mentales de los presidentes de Estados Unidos y Brasil, Donald Trump y Jair Bolsonaro; y la rapidez con que se propagó el virus en Ecuador. Gente, por miles, que eran enterrada, sin poder darles un hasta luego, les hizo entrar en razón.
También será difícil entender cómo tres lanchas de guerra del Gobierno colombiano aparecen en territorio venezolano, porque se soltaron de sus amarres, algo que es para Ripley o sea para reír y llorar.