La defensora de los derechos humanos, hizo mención de los casos más emblemáticos que ha resuelto. Entre ellos, el desafortunado asunto de Fátima
Sergio Arellano
El día de ayer, tuve la oportunidad de conversar con una de las abogadas más importantes de México; si se trata de violencia de género.
Puntos interesantes y abrumadores. Ana Katiria Suárez, defensora, litigante y voraz promotora de los derechos humanos, hizo mención de los casos más emblemáticos que ha resuelto. Entre ellos, el desafortunado asunto de Fátima; aquella niña de 7 años que nunca llegó a su casa.
Sus familiares se retrasaron al recogerla en la escuela y cuando por fin lo hicieron, se dieron cuenta de que se había ido con otra persona. Incompetencia total de los directivos de la institución. Días después, fue encontrada sin vida en un terreno baldío con rastros de violación y tortura. ¿Qué otro caso solucionó? Ustedes recordarán a la saxofonista que fue quemada con ácido; cobarde y ruin el acto perpetrado por un legislador que se ostentaba como su pareja.
Para terminar, el caso que detonó la carrera de esta jurista, fue representar a Yakiri Rubio. Una mujer que, al defenderse de su agresor sexual, corta su yugular. Tras defender su vida, la autoridad la procesa por el delito de homicidio calificado sin derecho a fianza.
Después de involucrarse en el asunto… Ana demostró la legítima defensa y el machismo operante en la procuración de justicia. En este sentido, la reflexión es la siguiente: En México existe una discriminación insaciable hacia las mujeres por parte de los actores principales del poder; la manera de juzgar, debe hacerse con perspectiva de género tal y como la indicado la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En suma, podría decir que una gran conclusión de este diálogo que tuvimos, es que no hay sensibilización en el poder judicial. Cuando tiene lugar una sentencia, ésta debe redactarse con los más altos parámetros en aras de tutelar la dignidad humana.
Sin discursos y palabras vacías, es lamentable que se usen banderas políticas. Que se exprese solidaridad sin vivir la causa. Que se manifieste que el feminismo es tendencia cuando existe el feminicidio; todo por una cuestión de supuesta “superioridad” entre hombres y mujeres.
Parte de las obligaciones del estado es reconocer y garantizar la igualdad; así como ofrecer la libertad y seguridad jurídica a las y los habitantes sin distinción. #NoALaViolenciaDeGénero