Varios estudios muestran que los turistas primero regresaran a sus zonas de proximidad y en las que se sientan con un grado importante de control y protección
Abel Mejía
Para nadie es secreto que una de las industrias más golpeadas por el Coronavirus, sino es que la más golpeada, es la industria del Turismo. Hay quienes estiman que a la fecha se han perdido – o pronto se perderán- alrededor de 100 millones de puestos de trabajo en este sector en todo el mundo. La Organización Mundial del Turismo anticipa una caída de entre 300 mil y 500 mil millones de dólares en los ingresos mundiales por este rubro. El tráfico en las aerolíneas ha caído en un 95% en comparación con el año pasado. La ocupación de hoteles a nivel mundial está en tan solo un 25% de su capacidad instalada. Desastre por donde se le vea.
Claramente el mundo se volverá a abrir al turismo, pero esta pandemia necesariamente cambiará como pensamos, actuamos y viajamos, al menos en el corto plazo. Será esencial para los destinos turísticos entender cómo serán estos cambios y ajustarse lo más rápido posible; quienes lo hagan mejor y más rápido tendrán una ventaja muy importante para recuperar y retener a los turistas de la nueva era que se viene.
México recibe alrededor de 40 millones de turistas al año, quienes derraman aproximadamente 20 mil millones de dólares… para nosotros es de vida o muerte ser punta de lanza en la reactivación de este sector. He aquí algunas ideas de cómo podría ser el futuro de esta industria…
Varios estudios muestran que los turistas primero regresaran a sus zonas de proximidad y en las que se sientan con un grado importante de control y protección. En México, siendo que la gran mayoría de los turistas viene de los E.U.A. y Canadá, será importantísimo que nuestros grandes centros de turismo entiendan y homologuen las medidas sanitarias que se apliquen en los E.U.A. Si los potenciales turistas de esos países no sienten que aquí se están aplicando medidas similares a las que tienen en sus lugares de domicilio, simplemente no van a venir.
Por otro lado, los estudios también indican que por un tiempo los turistas preferirán ir a locaciones a las que puedan llegar por auto y evitar aviones y barcos. Esto nos presenta dos grandes oportunidades. Una es atacar a los potenciales turistas que viven en la zona fronteriza de los E.U.A. y que pueden acceder a destinos en México por carretera. Otra es buscar conservar a los turistas nacionales con alto poder adquisitivo que anteriormente preferían ir a E.U.A., Canadá o Europa. A ambos habrá que asegurarles carreteras en buen estado y libres de crimen, y particularmente a los extranjeros garantizarles procesos migratorios expeditos tanto de entrada como salida del país (esto último requiriendo una estrecha coordinación con las autoridades migratorias de los E.U.A.).
Finalmente, todo apunta a que – al menos en el corto plazo- los turistas buscaran destinos donde no haya aglomeraciones y se pueda fácilmente tener una sana distancia. Esto hace que nuestras playas, con ciertas modificaciones y medidas de distanciamiento, y nuestros espacios naturales (incluyendo parques, sitios arqueológicos, viñedos, ecoturismo, etc.) podrían ser una gran opción. Aquí donde siempre hemos cojeado es en la falta de infraestructura de primer nivel en los mismos, mejoras en limpieza y presentación de los sitios, así como falta de organización y logística; es obligado que nos pongamos las pilas en estos rubros.
Ya es ocioso discutir sobre lo golpeada que esta la industria del turismo en México; es tiempo de enfocar baterías en como la reconstruiremos y mejoraremos con base en las nuevas tendencias. Esperemos que nuestro gobierno federal recapacite, reoriente el gasto de proyectos destinados al fracaso y se enfoque a reinventar esta industria que, bien administrada, tiene un potencial gigante. Bienvenidos sus comentarios y crítica en @MrMejiaCosenza.