Para enfrentar estas adversidades tenemos de líder a alguien que no acata en absoluto las recomendaciones de su propio gobierno
Carlos Olguín
Todos los proyectos individuales, de negocios, de amistad, profesionales y, por supuesto, de gobierno, deben de contar con un periodo de incubación, cuya duración puede ser de distintos tiempos; para los proyectos de gobierno, esa duración está limitada a seis años. Si dividiéramos esos años en tercios, podríamos decir que estamos cerca de terminar la primera etapa de lo que ha sido autodenominado “la 4T”.
En medio de una crisis de salud sin precedentes en el mundo, el hijo de Manuel Bartlett – un personaje per se contradictorio y de pasado oscuro-, lucra con la venta a través de adjudicaciones directas, sin concurso, de material médico por cantidades millonarias con empresas a su nombre y con otras a nombre de otras personas, seguramente “prestadas” para terciar y seguir aumentando su fortuna.
Por otro lado, PEMEX ha perdido en 15 meses casi un billón de pesos, cifra que representa el presupuesto de 8 años en salud o 200 aviones presidenciales. Pese a ello, se ha optado por mantener la construcción de la refinería de Dos Bocas, por orden directa del presidente, y eso que las pérdidas fueron en el primer trimestre, cuando aún no comenzaba la contingencia provocada por el COVID-19, ni había precios tan bajos por barril como hoy en día. Naturalmente, lo que se pronostica para el segundo trimestre es verdaderamente apocalíptico.
A lo anterior le sumamos 200 mil millones de pesos de capital extranjero que se fugaron durante el primer trimestre, la pérdida del grado de inversión de PEMEX – que convierte sus bonos en chatarra-, más la situación actual de salud y economía: Parece que estamos frente a la tormenta perfecta.
Para enfrentar estas adversidades tenemos de líder a alguien que no acata en absoluto las recomendaciones de su propio gobierno, que sigue haciendo conferencias presenciales en las que los asistentes no traen puestos cubre bocas, ni siguen la sana distancia y que tampoco utilizan algún método para limpieza de las manos, empezando por él, por lo que se confunden los mensajes de los “especialistas” y los del “pastor”.
Y por otro lado a MORENA, que empieza a tener disidentes con su líder, como Lily Téllez o Porfirio Muñoz Ledo, que no aprobaron y hablaron fuerte y contundentemente en contra de la iniciativa del ejecutivo de no pasar por el filtro del legislativo el presupuesto de cada año para poder utilizarlo a su antojo: prácticas imperialistas con oportunismo fuera de lugar.
Y por último, a una población que demuestra que somos un país en vías de desarrollo, que agrede a quienes les pueden salvar la vida, que no toma precauciones, que no cree en lo que el resto del mundo se ve y se dice, que no tiene la culpa, pues es resultado de las barreras de todo tipo que se han construido a través de tantos años de abusos, de corrupción, que hoy no han cambiado, y que parecen, lastimosamente, parte de nuestra cultura.