El futuro de las ciudades está en jaque por el coronavirus lo que da una perspectiva de lo que puede ser el destino de la humanidad con base en el pasado
Leonardo Rabling Torres
El futuro de las ciudades por el paso de la historia, ha vivido grandes cambios, unos de forma natural y otros de forma forzada: terremotos, tsunamis, huracanes, tornados, erupciones volcánicas, inundaciones, pandemias y otras generadas por los habitantes. La sobrepoblación, el salto de escala territorial, la sobre-densificación de la arquitectura y la especulación del suelo además producen una pérdida de valores culturales y ambientales.
El tema que tenemos presente en estos días ha puesto a la humanidad en un dilema ya que, aunque se veía venir, nos tomó desprevenidos. Ahora en el 2020 vivimos los peligros del COVID-19 en vivo y a todo color. Esta predicción nos da una perspectiva de lo que puede ser en un futuro el destino de la humanidad con base en el pasado.
Diferentes comunidades humanas hemos vivido las pandemias con saldos rojos y una larga estela de desolación: viruela. con 300 millones de muertes; el sarampión, 200 millones; la gripe española, de 50 a 100 millones en solo dos años; la peste negra acabó con un promedio de 3 a 6% de la población mundial; y, por último ejemplo, el encuentro de España y los habitantes de México-Tenochtitlan, donde según los historiadores se acabo con casi el 90% de la población de esta nación.
Pero podemos afirmar que la ciudad y sus comunidades deberán buscar la manera de adaptarse y reincorporar su manera de vivir de acuerdo a las circunstancias que se viven día con día. Dando una oportunidad de modificar el concepto tradicional de asentamiento por el concepto de Ciudad Resiliente.
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Según ONU-HABITAT, las ciudades resilientes son aquéllas que están preparadas para el cambio y cuentan con medidas adecuadas para recuperarse de una crisis. La ciudad estará capacitada para transformarse ahora, y como lo ha hecho por toda su historia ante los acontecimientos, pero con mejores herramientas ya que se cuenta con mayor capacidad para predecir algunos eventos de catástrofes.
Dando a sus habitantes bienestar con medidas que beneficien de manera colectiva su estructura o funcionamiento, debemos tener el objetivo de ayudar a enfrentar estos desafíos, facilitando la relación entre gobiernos, ONGs, sector privado y sociedad civil.