En un país con ingresos desiguales, los habitantes de menores ingresos estarán más expuestos a los contagios ya que se verán en la necesidad de salir a conseguir ingresos
Samuel Mongrut / Visión Tec
A nivel mundial el número de contagiados por coronavirus asciende a 3.3 millones de habitantes. Existen tres factores que exponen más a los habitantes de un país frente al coronavirus: la desigualdad en los ingresos de los habitantes, el porcentaje de empleo informal y el porcentaje de población de 65 o más años.
En un país con ingresos desiguales, los habitantes de menores ingresos estarán más expuestos a los contagios ya que se verán en la necesidad de salir a conseguir ingresos. Una forma de medir esto es a través del coeficiente de GINI que toma el valor de cero cuando todos perciben el mismo ingreso y 1 cuando una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno. Actualmente el coeficiente de GINI de México es de 0.48, muy cercano a la media de Latinoamérica que es de 0.46.
El 53% del empleo en América Latina es informal y es muy difícil apoyar económicamente a los más necesitados ya que son “invisibles” al no poseer una cuenta en el sistema financiero. Una medida aproximada de informalidad es el empleo vulnerable que es el grupo de trabajadores auto-empleados que en el año 2019 fue del 27% en México. Adicionalmente, el 19% de la población mexicana posee más de 65 años y se encuentra más vulnerable al contagio considerando que el 70% de los decesos por Coronavirus corresponden a ese grupo etario.
Utilizando los tres factores indicados en una muestra de 30 países con diferentes grados de contagiados por millón de habitantes (alto, medio y bajo) es posible construir un índice de exposición al contagio donde cero implica la mayor exposición al contagio y 1 la menor exposición al contagio. El nivel de correlación entre este índice y el número de contagios por millón de habitantes resultó ser significativa e igual a -34%.
Países con alto número de contagios tienen un menor valor en el índice, lo cual implica que tienen un mayor grado de desigualdad económica, un mayor porcentaje de empleos informales y una mayor proporción de población con 65 años. Reducir nuestra exposición estructural frente a pandemias es otra gran lección que nos ha dejado el Coronavirus.