México es un país extraordinario con una legislación interesante y comprometedora
Sergio Arellano
Se preguntarán cuál es la razón del título. Como han podido notar, mi principal interés son los derechos humanos. México es un país extraordinario con una legislación interesante y comprometedora.
Tenemos una norma para todo. Tal y como se evidenció en los juicios de Nuremberg, Alemania, no todas las leyes vigentes tienen un sentido de igualdad. Más adelante les explicaré esta idea.
Al ser de las naciones que cuentan con un amplio marco jurídico, vastas interpretaciones jurisprudenciales, así como infinidad de compromisos internacionales; cualquiera se cuestionaría: ¿en dónde están los resultados? En esta ocasión quiero comentarles sobre un tema que atrae la atención de la sociedad, los matrimonios igualitarios.
A pesar de que su reconocimiento es inevitable, lamentablemente se aplaza lo que ya no se puede postergar. A la fecha, los códigos civiles están redactados de tal forma que se excluye a las parejas del mismo sexo.
Llueven las intervenciones jurisdiccionales y al final terminan concretándose. Cuando me adentré a este estudio en particular, me sorprendió el pronunciamiento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el amparo en revisión 581/2012 referente a un caso en Oaxaca en donde se le negó a dos mujeres el casamiento.
Este precedente es toral debido a que fue el segundo posicionamiento a nivel mundial, después de Sudáfrica, que habla sobre la discriminación de las personas de la diversidad sexual al momento de contraer nupcias.
Siguiendo la lógica, pensaríamos en que los estados de la república estarían pendientes de esta situación y actuarían en consecuencia; sin dejar de mencionar, que la SCJN ha establecido que las instituciones van a seguir moldeándose al igual que las condiciones de la realidad social.
El principio de progresividad. No cabe duda de que, con este ejemplo, el derecho escrito va a la vanguardia, pero realmente: ¿Qué está sucediendo en los congresos locales? Dentro del debate legislativo y entre juristas han propuesto soluciones… pero no las mejores. Me parece que el activismo propositivo dejó muy en claro sus pretensiones.
Quienes tienen la responsabilidad de hacer un escrutinio estricto de la normatividad son los jueces y quienes deben reformar son las y los diputados locales. Sirva la presente reflexión para que se reconozca un derecho integral.