Cuando iniciamos el año 2020 nunca nos imaginamos estar en nuestras casas, el no poder desarrollar nuestras actividades y el no poder tener en pocas palabras una vida normal
Francisco Pájaro Anaya
Ahora que estamos en la situación de la pandemia por el virus SARS-CoV2 (Covid 19), la humanidad ha experimentado una serie de sucesos que son a toda luz históricos por el contexto en el que se están desarrollando y esto está sucediendo tanto a nivel mundial como a nivel local en donde nunca habíamos visto una serie de sucesos que se han desarrollado o se están desarrollando y así hemos visto desde reuniones de los mandatarios del mundo vía virtual, hasta todas nuestras clases utilizando los medios actuales de comunicación y las redes sociales. Yo estoy seguro que cuando iniciamos el año 2020 nunca nos imaginamos estar en nuestras casas, el no poder desarrollar nuestras actividades y el no poder tener en pocas palabras una vida normal.
Hemos visto como se han cancelado eventos de nivel mundial o se han pospuesto como los Juegos Olímpicos o las reuniones de la juventud que convoca la Santa Sede y que ahora no se podrán celebrar en las fechas propuestas, también hemos sido testigos de cambios en la conducta de la personas, el cómo este virus ha transformado nuestra forma de vida, hasta el grado de no poder saludarnos de mano, de beso o darnos un abrazo o en algunos casos tener que alejarnos de nuestros grupos sociales.
Yo en lo particular veo como mi ciudad, la ciudad de San Juan del Río, se ha transformado tremendamente, de una ciudad en movimiento a una ciudad sola, sin gente, detenida en la inmensidad de la noche y que espera el momento de resurgir.
No tuvimos Semana Santa, no hemos tenido clases en las aulas, no hemos podido convivir como debe de ser, no hemos podido salir a caminar por nuestras calles o si salimos es muy limitado, las noches son silenciosas totalmente y no se escucha lo bullangero de nuestro pueblo.
La feria de San Juan del Río, una de las más antiguas de la república mexicana, con una historia desde 1891 de manera oficial, ha sido cancelada, situación que solo había pasado al inicio de la revolución mexicana, durante la epidemia de influenza española de 1918 y más recientemente en 1967 por un problema social al momento de elegir a la reina de la feria; ahora con estos acontecimientos el principal festejo de los sanjuanenses ha quedado cancelado.
Así las cosas, estamos viviendo hechos históricos que nadie los imagino, nadie pensó vivirlos, ni nadie sabía lo que sucedería. No nos queda que esperar mejores tiempos, que sin duda vendrán y que nosotros mismos generaremos con nuestro apoyo, nuestra solidaridad y nuestro compromiso. Por los pronto, vamos a quedarnos en casa y a cuidarnos unos con otros.