El personal de salud tiene en sus manos una gran responsabilidad; humana y por su vocación de servicio
Sergio Arellano
Recientemente leí en un periódico de circulación nacional que las cifras esperadas por la presente pandemia durante los próximos meses no son favorables; los casos alcanzarán un punto máximo y se tendrán que tomar decisiones. En el peor de los escenarios y confirmando esta premisa, este medio de comunicación impreso mencionaba que las y los médicos optarían por un orden de preferencia en la atención a pacientes infectados por el COVID-19.
¿Qué quiere decir esto? Que cuando lleguemos a la sobrepoblación de los hospitales, evaluarán el caso en concreto. En otras palabras, si tenemos a un adulto mayor con este padecimiento y en la otra habitación, a un joven con la misma sintomatología, se atenderá a esta segunda persona. El razonamiento es la expectativa de vida y la escasez de espacios y materiales para tratar a quien contraiga este virus.
Aquí, mi planteamiento es el siguiente: El personal de salud tiene en sus manos una gran responsabilidad; humana y por su vocación de servicio. Continuando con la idea, considero que esta selección, de llevarse a cabo, abrirá la ventana para el debate jurídico e innumerables amparos, sin dejar de mencionar que se contradecirían algunos ordenamientos de observancia obligada, por ejemplo: El artículo 1º constitucional que reconoce una perspectiva de derechos humanos, su exigibilidad y reconocimiento, entre ellos, el que procura la salud. En relación a que esta materia es concurrente entre los estados y la federación, me permito mencionar que el artículo 1º fracción V de la Ley de Salud del Estado de Querétaro, declara que todo servicio médico debe ofrecerse sin discriminación o diferenciación.
Teniendo sobre la mesa estos dos referentes, espero que en lo sucesivo podamos buscar los canales para que los gobiernos en coordinación con la iniciativa privada, puedan garantizar un plano de igualdad de condiciones en este servicio; más aún si se trata del bienestar de una persona. Confío en el dinamismo y compromiso de las y los héroes de capa blanca que día con día se esfuerzan en la rehabilitación de quienes padecen esta enfermedad bárbara que ha impactado en el núcleo social de una manera tajante. Por el bien de todas y todos, asumamos las recomendaciones para prevenir que lleguemos a estas instancias.