Todas las ligas más importantes del orbe tienen una segunda división o división de ascenso por un motivo, la competitividad, el mejor y el castigo al peor equipo
Iván Torres
Con el anuncio de la cancelación de la liga de Ascenso por los próximos 6 años, el futbol mexicano entrará en una zona de confort donde no se castigarán las malas decisiones de los directivos, jugadores, entrenadores y demás involucrados en la operación de un equipo.
Todas las ligas más importantes del orbe tienen una segunda división o división de ascenso por un motivo, la competitividad, el mejor y el castigo al peor, y hasta la lucha por no ser de los peores o ser el peor se vuelve emocionante, la frustración del descenso y el dar el último empujón al precipicio al más malo tiene un sabor épicamente edulcorante.
La profunda tristeza del que se va y el alivio del que se queda. Pero también está la hazaña y la enorme alegría del que asciende, el que llega por primera vez a la máxima división del balompié nacional, el orgullo de competir contra los equipos tradicionales del país, un tiro al por tú por tú con los grandes y ya no contra los lastres de los lastres.
Adiós a los viajes en carretera de más de 12 horas, -ahora sí viajaremos en avión decían los jugadores-, llegar a la primera división es un escape auténtico a la victoria. A más de dos lustros y ya muy lejano para nosotros, pero en Querétaro lo vivimos, fueron décadas de sufrir con ello, hasta se desarrollaron grandes rivalidades contra Irapuato, La Piedad, San Luis, en su momento León o Atlante; injusticias, arreglos de pantalón largo, la segunda división o la Primera División “A” era luchar contra marea en todo momento, frustración constante, pero siempre con ese sabor e ilusión de llegar por méritos deportivos al máximo circuito. Si bien es cierto que hoy en día ya no hay muchas plazas con ese sabor que buscan darle una mejor calidad de futbol a sus aficiones, a los que juegan en primera división tampoco les dolerá mucho ser el peor del torneo y menos si de una temporada a otra o varias, el valor de su franquicia se depreciará en un 80 por cierto.
Desde la mitad de los años 70 habían querido abolir el descenso, pero siempre coincidió que quien lo pedía eran los malos perdedores, le diré que en esos tiempos el Monterrey quiso hacerlo, el Atlas (y ahora lo logró), el Tigres y hasta jugó una temporada en segunda, el Atlante, en fin, hoy ganaron los malos de la película y del futbol.