En algunas ciudades de Colombia, el personal que trabaja en el sector de salud son vitoreados por la forma en que día a día arriesgan su vida
Pedro L. Jáuregui Ávila
Colombia es un país de grandes contrastes en todos los órdenes. La gente se rasga las ropas porque alguien mata un perro, pero se queda callado si de manera progresiva aumenta el asesinato de los líderes sociales y de personas que han luchado contra el narcotráfico o no se castiga cómo debe ser a un violador o a alguien que saquea el erario público.
Las generaciones de las décadas de los 50s y de los 60s castigaban a los que robaban los recursos no votando por ellos; la de los 70s y 80s lo hacían porque los saqueadores hacían obras o les entregaba un dinero bajo la consigna “roban, pero hacen” y la de los dos siguientes, por una cara nueva, porque ellos no son ladrones, lo que es cierto, pero no se percatan que son neófitos del tema o que detrás de ellos hay alguien que hizo parte de las anteriores generaciones que llevaron al país a la situación incómoda que hoy se vive.
Pero lo que pasa últimamente es deplorable. Mientras las organizaciones mundiales protestan por el asesinato sistemático de los líderes sociales de los Montes de María, ubicados entre los departamentos de Bolívar y Sucre, que es paralelo al resurgimiento paulatino de grupos armados ilegales el gobierno guarda silencio y desvía la atención con temas como el caso venezolano y la aspersión con glifosato, ambos patrocinados por Estados Unidos.
Pero las incongruencias de la vida de este país no paran ahí. Mientras en algunas ciudades el personal que trabaja en el sector de salud son vitoreados por la forma en que día a día arriesgan su vida en otras partes están siendo discriminados en espacios públicos, como en las filas, actividades de compra o en servicios de transporte masivo e incluso ‘obligados’ a abandonar su sitio de vivienda.
Finalmente, el Gobierno, anunció que se está buscando que las empresas produzcan gel antibacterial y tapabocas, en un proceso de reconversión industrial. Algo demorada la gestión o sería que estas empresas estaban esperando un ‘regalo’ del gobierno. Todo es posible, en un país con gobierno corrupto.