Las empresas, que para sobrevivir despedirán a miles, son como Thanos en la película ‘Endgame’, que justificó una buena intención detrás de lo detestable
Seth Pérez
El control de la humanidad no solo se encuentra en manos de héroes o villanos en historias de ciencia ficción o futuristas. La historia que dibuja Luc Ferry en su libro ‘La Révolution Transhumaniste’ sobre un futuro donde la tecnología puede alargar la vida o dotar de superpoderes al hombre, plantea una pregunta: ¿quién podrá aspirar a ellos? ¿quién decide las personas que gozarán los beneficios tecnológicos y así alargar la vida o destinarlos a la muerte? Hoy podemos ver un futuro que se materializa. Ventiladores para sobreponer al Covid-19 coloca a ciertas empresas o inventores en una situación similar.
Ferry apunta que los límites de las tecnologías deben establecerse en leyes que tomen en cuenta la dignidad humana que está por encima de intereses económicos y políticos. Imagine Usted a las empresas que surten hoy estos aparatos, una situación que los puede llevar a un éxito económico enorme. Por otro lado, los innovadores que están esperando permisos para entregar a costo, aparatos de bajo presupuesto que permitirían darles una oportunidad a los enfermos que están ante un sistema mundial colapsado. ¿Deberían aprovechar estas ganancias las empresas? ¿Los innovadores deben dejar a sus equipos esperando pruebas y permisos para intentar ayudar?
Los dilemas éticos del desarrollo tecnológico no difieren entre una nanotecnología o códigos abiertos soportados con impresiones 3D. Tampoco son exclusivos de situaciones de vida o muerte. Hoy los trabajos como están concebidos, dejan sin ingresos y en estado crítico sin posibilidad de mantenerse un mes aislados, a la mayoría de personas que no tienen seguridad social, en trabajos precarios, pequeños empresarios, personal de servicios como peluqueros, boleros, comida elaborada, puestos callejeros, artistas, deportistas, etc.
¿Será que el héroe es el villano? Imagino que las empresas, que para sobrevivir despedirán a miles, son como Thanos en la película ‘Endgame’, que justificó una buena intención detrás de lo detestable que pareciera desaparecer o aniquilar a la mitad de la humanidad. Estamos ante un dilema que nos puede unir para construir un nuevo sistema de relaciones o un futuro gris. ¿Usted qué opina?