Con un mundo prácticamente encerrado en sus casas, pero con realidades muy distintas por cada país
Carlos Olguín
Con un mundo prácticamente encerrado en sus casas, pero con realidades muy distintas por cada país, el COVID-19 toma a México en muy mal momento económico, pues veníamos de una recesión económica, que parece será al final de este año un sueño inalcanzable.
El tipo de cambio que ha alcanzado su máximo histórico rozando los 26 pesos por dólar, sumada a la caída de las bolsas de valores del mundo, nunca habían caído tan rápido a estos niveles, ni siquiera en la gran depresión de 1929.
En aquel entonces, durante el primer mes de crisis, la bolsa perdió a nivel global el 8 por ciento de su valor y en esta ocasión fue el 30 por ciento. Expertos como Macario Schettino, Barclays y la OCDE dicen que el siguiente mes de abril puede ser peor, esperemos que no. La economía mundial está basada en buena medida en servicios, turismo, restaurantes, cines, eventos, hotelería, transporte de mercancías y personas.
La mayoría no se pueden llevar a cabo de manera virtual. En el caso de servicios como la comida y el súper, que son básicos para esta etapa 2 de aislamiento obligado, dejan muy mal parados a los pequeños comerciantes, que la mayoría ni siquiera se encuentran dentro de las plataformas que ofrecen los servicios.
Los grandes debemos recordar que no son capital mexicano y que estamos alentando la economía, pero de otros países. En la medida de lo posible debemos ser solidarios con las tienditas y negocios de la colonia para que les sea más llevadera esta crisis. En el mercado petrolero, la mezcla mexicana cerró en 18 dólares, y ayer en 10 por barril. En México, el costo promedio de extracción de crudo es de 13 dólares y, el mejor caso, KMZ, ligeramente superior a 10.
Esto significa que, en promedio, perdemos un par de dólares por cada barril producido, aun antes de considerar costos de transportación, administrativos y financieros. En China la enfermedad dejo una pérdida de 20 por ciento de su PIB, mientras que para países como Italia y España se espera una caída del 50 por ciento durante las seis semanas de aislamiento.
En EUA, las solicitudes de seguro de desempleo tuvieron su máximo histórico la semana pasada con 280 mil solicitudes y se espera llegar a los 2 millones de apoyos.