Vi retirarse a Raúl, lo vi despedirse del Bernabéu con un capote y un ‘olé’ más atronador que si hubiera estado en las mismas Ventas
Francisco Pérez
Vi que Gerard era humano, lo vi llorar mientras le daba la vuelta a Anfield de la mano de sus hijas. Vi a Iniesta descalzo con las luces del Camp Nou semiapagadas, sentado en la yerba como un niño contemplando su obra. La lista puede ser infinita, incluso puede pasar a otros hermosos deportes… vi a Jeter conectar una última bola en Yankee Stadium y, a su manera, darle otra victoria a los Bombarderos del Bronx. Qué duras son las despedidas en el deporte; poco menos dolorosas que en la vida real.
Decir adiós siempre será nostálgico, melancólico. El deporte es un microuniverso de lo que realmente importa, la vida afuera de las canchas es la que nos debe exigir mayor atención. Un adiós en el césped es solo el comienzo de otra etapa, un volver a empezar, como en algún momento lo hemos dicho en este espacio: siempre habrá una nueva oportunidad.
El mundo enfrenta algo a lo que no estamos acostumbrados, vivimos una situación muy lejana a lo que fue la pandemia de 2009. En ese momento no tenían el poder que tienen hoy las redes sociales y las plataformas digitales, fue una ‘pandemia casera’, si se me permite la opinión.
El mundo pidió a gritos un cambio y no supimos escucharlo. Hoy nos lo exigió, pero ya estaba roto. No me refiero solo al tema sanitario, no estamos funcionando como sociedad, nos falta empatía para colaborar y evitar a toda costa que se extienda el contagio, tenemos que renunciar a privilegios y ayudar a quienes les cueste más hacer esto. Es el grito del mundo. Hoy en día, esto no es un cuento chino.
“Lo más importante de lo menos importante[OH1] ”, así le dice Valdano al futbol. Hoy es un buen día para entender esa mítica frase del campeón de México 86. Extraño el futbol, lo extraño mucho y eso que no hemos llegado al primer fin de semana sin Liga MX. Pero, más voy a extrañar la absurda normalidad con la vivíamos antes del COVID-19.
Si es una cita, ¿no sería mejor usar comillas dobles?