Parece ser que la forma más cruel que tiene la naturaleza de recordarnos nuestra insignificancia es lanzando una pandemia como COVID-19
Carlos Olguín
Estas situaciones son un severo recordatorio de que no importa cuanta tecnología tengamos, siempre estaremos expuestos a nuevos peligros como humanidad. Hace algunos ayeres fue la peste negra, el sarampión, la plaga de Atenas, la viruela, el SARS, el SIDA, el cáncer, la hipertensión, la influenza, entre muchos otras enfermedades para las que, efectivamente, hay muchas vacunas y que difícilmente podrán volver a presentarse como una verdadera amenaza para el mundo.
Pero al igual que Darwin vaticinaba que las especies evolucionan, los virus y las bacterias también: gracias a esto siempre habrá nuevos retos para nuestra especie en cuestión de salud.
Parece que la humanidad es soberbia y hasta cierto punto irresponsable, en la que se supone, es la era de la información. Este periodo nos deja ver que, efectivamente, sí existe mucha información, sin embargo, destaca que no toda es de calidad y que no toda es útil cuando apreciamos a países como China conteniendo la epidemia en menos de dos meses, mientras que, por otro lado, vemos a líderes como Trump o AMLO que menosprecian esta situación y que minimizan los posibles riesgos.
Es gracias a ellos que las personas comunes y corrientes no sabemos si real o no la amenaza.
Justamente lo anterior llevó a Italia al estatus de crisis que tiene actualmente. Gracias a esto, nuestro país y muchos otros más, al ver todo tan lejano, como si nos fuera ajeno, con aires de incredulidad y de apatía, se tienen contados, al día de hoy, más de 180 mil personas contagiadas en más de 130 naciones y un saldo de más de 7000 muertes.
Lo cierto es que se ha podido concluir que las personas más vulnerables a este virus son las personas de la tercera edad y aquellos quienes tienen otras enfermedades o el sistema inmunológico deprimido.
Es más, de acuerdo a la OMS, hay muchas personas que son asintomáticas y que se recuperan aun de forma espontánea; el problema con eso está en que piense usted que una persona que no es vulnerable no toma precauciones y actúa como si nada pasara con sus padres o abuelos, pues en esa persona no pasará más, pero, a sus seres queridos, si puede costarles la vida.
Este es el verdadero problema, el verdadero peligro, la verdadera amenaza.
Los hospitales tienen la capacidad de atender este virus siempre y cuando no se multipliquen los enfermos ya que, de acontecer lo antes dicho, colapsaría cualquier sistema de salud en el mundo.
Por ello es que debemos reducir al máximo el contacto humano durante, al menos, dos o tres semanas, para que las personas que realmente lo necesiten sean atendidas y tomemos conciencia de que estamos enfrentando una situación seria, no unas vacaciones.
Los mercados ya sentido han los efectos de esto que parece será el peor año de crecimiento económico desde 2009: tenemos el barril de petróleo en 25 dólares cuando se presupuestó a 49 y se dice que se hará uso del fondo de estabilización, ese del que se tuvo que hacer uso el año pasado y que muy seguramente no alcanzará para lo que resta del año, y como si el horno estuviera para bollos, el turismo, la industria y el comercio tendrán contracción en este año.
La situación nos toma como país en el peor momento. Tenemos que cumplir con lo que las autoridades sanitarias nos dicen y cuidarnos entre todos con responsabilidad para lograr combatir con éxito éste nuevo reto.