El flagelo de coronavirus se convirtió en el ‘salvavidas’ para distraer al público con la ayuda de los principales medios de comunicación del país
Pedro L. Jáuregui
En momentos en que el Gobierno nacional atravesaba momentos apremiantes, el flagelo de coronavirus se convirtió en el ‘salvavidas’ para distraer al público con la ayuda de los principales medios de comunicación del país.
No se puede ocultar que desde el presidente Iván Duque hasta miembros de las fuerzas militares, tenían el agua hasta el cuello por comportamientos supuestamente ilegales de su vida pública. El aplazamiento de la Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hasta el mes de septiembre, que iba a tener lugar en Barranquilla entre el 18 y el 22 de marzo, por culpa del coronavirus, le quitó brillo al escándalo que se les venía encima.
También ayudaron a bajar la presión, los posibles aplazamientos de las principales ciclísticas por etapas de Europa, Giro de Italia y Tour de Francia, donde son figuras los corredores nacionales y de las primeras dos fechas de la eliminatoria mundialista de futbol de Catar por culpa del coronavirus (gracias a Dios dirán los implicados) a enfriado, los debates que se les venían encima.
El presidente Duque atraviesa una de sus peores crisis. Desde que se posesionó, se encuentra metido en el baile de la ñeñepolítica, con una popularidad en declive, el precio del dólar al alza en el mercado oficial y a la baja en el negro, la caída del petróleo y las disputas políticas ponen a prueba su liderazgo presidencial para salir de la crisis.
A ello se le suma la incapacidad del Gobierno para atender el problema fronterizo originado por la vivencia de Venezuela y la ola de migración que ha desnudado los problemas de salud y de desorden social que han implantado parte de los ‘vecinos’ que han tenido que salir de su país.
Se suma a lo anterior, el asesinato creciente de los líderes sociales y de los excombatientes de las Farc, que se alinearon a la propuesta de paz, hacen crítica la realidad nacional y muy notorio el papel que puede cumplir el coronavirus, en todo esto. En conclusión el coronavirus, nacido en China, puede ser la salvación o el ataúd del Gobierno.