Arabia Saudita decidió recortar los precios de su petróleo, entre cuatro y siete dólares, haciendo que los precios en los mercados se derrumbaran
Alejandro Gutiérrez Balboa
El domingo pasado, Arabia Saudita decidió unilateralmente recortar los precios de su petróleo, entre cuatro y siete dólares, haciendo que los precios en los mercados internacionales se derrumbaran en un 30 por ciento, hasta el martes 10, hasta constituir la mayor baja de precios en 20 años. Esto, aunado a la caída de la demanda del producto, causada por la diseminación del coronavirus, también desplomó las bolsas de valores.
Arabia Saudita trató de convencer a Rusia, con quien pelea el segundo lugar como productor mundial de petróleo, de restringir la producción para apoyar los precios. Los árabes lideran la OPEP, integrada por 14 países, y estaban negociando una reducción que abarcaría a 23 países que se han denominado Alianza OPEP, pero finalmente los rusos se negaron, lo que precipitó la decisión de Arabia Saudita.
La última caída de precios ocurrió durante la guerra del Golfo en 1991. Con la reducción de los precios, adicionalmente, Arabia Saudita ha incrementado la producción, con lo que claramente anuncia su pretensión de no perder clientes ante ningún competidor. Como respuesta, Rusia ha anunciado también el incremento de su producción.
Esta guerra de precios impacta a varios países productores. Tanto Rusia como Irán y Venezuela, por diversas causas, enfrentan sanciones de Estados Unidos y de la Unión Europea, por lo que verán afectados aún más sus difíciles condiciones políticas y económicas. Por su parte, Libia, otro importante productor, sigue envuelta en una interminable guerra civil. Angola y Nigeria sufrirán los efectos de la reducción de sus ingresos, pero sobre todo Venezuela verá los próximos meses situaciones y condiciones aún más duras que las ya vividas para su población y su Gobierno.
Arabia Saudita sufrió recientemente, en septiembre, ataques a su principal refinería por parte de los rebeldes que combaten en su vecina Yemen, apoyados por Irán, su principal enemigo en Medio Oriente. Arabia Saudita ha bombardeado varias veces posiciones de los rebeldes en Yemen.
Como sea, la guerra de precios es destructiva para todos los países productores, para los mercados de valores en el mundo y para la estabilidad de varios gobiernos. No es cierto que se vaya a solucionar pronto; por el contrario, va para largo.