Protestan para hacer evidente un fenómeno imparable y que debe tener carácter permanente; buscando la efectividad de la salvaguarda constitucional
Sergio Arellano
Exigen sus derechos. Protestan para hacer evidente un fenómeno imparable y que debe tener carácter permanente; buscando la efectividad de la salvaguarda constitucional cuando se confeccionan actos de discriminación, trata de personas, desaparición, acoso sexual, desigualdad laboral o feminicidios.
En 9 de marzo de 2020, calles y avenidas vacías. Al circular por las vialidades principales, llegar a los centros de trabajo, visitar los comercios o simplemente recorrer las áreas conurbadas, esto avivó en los hombres un sentimiento extraño. La desolación estuvo presente y se respira un aire reflexivo. Soy fiel creyente –no solo por mi postura personal, sino por los antecedentes históricos– de que los grandes cambios en nuestro país se consumaron gracias a la unidad de todas y todos los que buscaban un relevo de las viejas prácticas, el autoritarismo y las conductas dañinas en perjuicio del orden social.
Si nos comparamos con el resto de la comunidad latinoamericana, nos toparemos con el toque aguerrido, fiero y de lucha que nos distingue. El reclamo de las mujeres mexicanas, además de ser legítimo, conlleva ciertas aristas que no podemos pasar por alto. En primer lugar, el impacto internacional de su movimiento; espero que se replique este extraordinario ejercicio en los distintos lugares del mundo y que la bondad de la finalidad, trascienda. Segundo, destaco que la queja es proactiva; es decir, el feminismo está sensibilizando, proponiendo iniciativas de ley, así como políticas públicas que reduzcan la inoperatividad de las instituciones y el marco normativo vigente. Tercero, fomenta que la sociedad civil organizada se asocie para perseguir un fin determinado; esto es sumamente relevante por la ausencia de participación ciudadana en la vida política de México. Si no subimos el volumen de las voces inconformes, jamás las escucharemos.
No cabe duda de que esta manifestación de ideas será un suceso que marcará la Administración del presidente López Obrador y el tiempo nos contará sus efectos y reacciones. Es imperativo que el tema sea un eje prioritario y no una ventaja electoral o con intenciones de favorecer intereses particulares.