Pensamiento rápido: el pensamiento que disparamos de inmediato frente a un estímulo
José Luis Oliva
Un pollo y unas papas cuestan 120 pesos y el pollo cuesta 100 pesos más que las papas.
Detén tu lectura y di en voz alta (o piensa) ¿Cuánto cuestan las papas? ¿Ya? Es casi seguro que dijiste 20, pero, si eso fuera cierto, el pollito y las papas costarían 140.
La respuesta correcta es 10. ¿Por qué casi todos contestan mal? Este tipo de errores disminuyen mucho tu desempeño, estar alerta frente a estas pifias aumenta tu consciencia productiva, asunto que nos convoca en este sabroso espacio sabatino. Daniel Kahnem, psicólogo israelí-americano muy especial, obtuvo el premio Nobel de E-CO-NOMÍA, en 2002.
La razón fue que estudió la gran cantidad de sesgos y errores en la toma de decisiones. En 2011, su libro ‘Pensamiento rápido, pensamiento lento’ fue un éxito y sin duda es una lectura importante para los “productivos”; siguen conceptos del multipremiado Daniel.
1. Pensamiento rápido. Es el pensamiento que disparamos de inmediato frente a un estímulo. Fue el que usaste para la respuesta del pollito. Esto fue vital para nuestra especie, pero la mente humana tiene dos modos de pensamiento.
2. Entrenamiento mental. Nuestra mente esta entrenada para el pensamiento rápido. Este no es malo; al contrario, es el de supervivencia. Lo que ocurre es que hay que entrenar a la mente para que cuando se le presenta un problema en el que NO se trata de sobrevivir, sino de dar la mejor respuesta, no reaccione con el pensamiento rápido, sino con el pensamiento lento (o crítico) que generalmente va en contra de las conclusiones del rápido.
3. Hay dos yo. Tú tienes un yo que recuerda, que planea, y otro que es el que experimenta. Lamentablemente, el que experimenta influencia enormemente al otro. Por ejemplo, en un día lluvioso tendemos a ver más complicado el futuro y a recordar con más drama; es la influencia del yo que experimenta. También, se puede entrenar la mente para acotar a este yo que experimenta.
4. Los pronósticos ‘fake’. Ningún experto puede pronosticar sin sesgos el futuro por especializado que sea.
5. La felicidad. La sensación de felicidad puede ser ‘sembrada’ en la mente rápida y alterar la percepción del futuro y del pasado, obstaculizando el arranque de la mente lenta.