Una obviedad de nuestros días es que la histeria de los medios de comunicación abarca con rapidez cualquier noticia importante
Ross Douthat
Una obviedad de nuestros días es que la histeria de los medios de comunicación abarca con rapidez cualquier noticia importante, y la viralidad de las redes sociales y los imperativos de las noticias por cable se combinan para hacer que cualquier controversia nacional se sienta como el caso Watergate, la batalla del Fuerte Sumter, y que cualquier incidente internacional se sienta como el asesinato de Francisco Fernando… hasta que aparece la siguiente noticia y se olvida la crisis de la semana anterior.
Así que ha sido asombroso ver cómo la cobertura que han hecho los medios del coronavirus, el cual ya se ha escapado oficialmente de su lugar de origen en China y ha tenido brotes en Italia, Corea del Sur y Medio Oriente, ha tomado un rumbo más silencioso en estas últimas semanas.
Desde luego que se han hecho magníficos reportajes; gran parte de ellos son de mis compañeros de The New York Times, sobre el surrealista desarrollo del brote en Wuhan, el epicentro de la enfermedad. Pero también ha existido una extraña falta de apremio en los ámbitos mejor conocidos por su histeria.
Las noticias por cable se han mantenido obsesionadas con la campaña presidencial. Las redes sociales han estado paranoicas en sus márgenes, pero tranquilas o incluso desatentas en general.
Nuestro presidente (que por lo general no tiende a ignorar las amenazas) ha manifestado su confianza en que la contención de los chinos y el calor de la primavera serán suficientes para detener la propagación del virus, y voces respetables han difundido advertencias severas acerca de las reacciones exageradas, la xenofobia y el pánico.
Tal vez la extraña falta de histeria refleja una interrelación entre la polarización y las preconcepciones ideológicas. Por lo general, la derecha política reaccionaría a la amenaza de un brote viral en un rival geopolítico importante con exigencias de cuarentenas y una respuesta gubernamental diligente.