José Luis Oliva
Empezaremos con preguntas que recuerdas de la primaria. Procura responder rápido, el primer recuerdo, de manera instintiva y sin perder mucho el tiempo.
¿Gira la Tierra alrededor del Sol? Di en voz alta la respuesta o fíjate bien cuál ha sido. Estoy seguro de que dijiste “Sí”. ¡Perfecto! Vamos a unas preguntas más. ¿Hace más calor en el ecuador que en los Polos? ¿Cuánto es dos más dos? ¿Cuántos animales de la misma especie puso Moisés en el arca? Recuerda decir en alto tu respuesta o al menos fijarte bien cuál fue tu respuesta- Supongo que tus respuestas fueron Sí, 2 y 2. ¡Qué bien! Solo que Moisés no fue el del arca, el del arca fue Noé.
Lo que acabas de cometer es un sesgo y son pensamientos automáticos que nuestra mente “cavernícola” ha establecido para reaccionar rápido, porque lo que importa no es analizar o tener percepciones objetivas, lo importante para sobrevivir, es reaccionar rápido. El problema es que muchos de esos mecanismos (heurísticas de sobrevivencia) se han convertido en sesgos cognitivos que, más que ayudarte, te perjudican para tener una consciencia productiva, motivo que nos reúne aquí los sábados. Siguen algunos ejemplos de sesgos. Lo importante no es que los inhibas, sino que empieces a descubrirlos para enriquecer de alternativas tu toma de decisiones laborales.
1.Sesgo de categoría. Si hubieras leído Maradona en vez de Moisés te hubieras dado cuenta del error. Nuestra mente trata igual a todos los elementos de una categoría, por eso podemos confundirlos.
2.Sesgo de familiaridad. Le haces más caso al cantante que te recomienda Pepto Bismol que al doctor que te receta una dieta.
3.Sesgo de popularidad. Lo que hacen todos o dicen todos me hace sentir seguro, entonces hago lo que todos hacen o digo lo que dicen todos.
4.Sesgo de exclusividad. Eso no se inventó aquí, luego no se debe usar aquí, no funciona. Vaya que es frecuente en los ‘silos’ empresariales
5-Sesgo de disponibilidad. Lo que acaba de pasar te influencia más que lo lejano. Está disponible en nuestra mente. Después de un accidente de avión, hay más accidentes de carretera que lo normal. Preferimos tomar el auto, es más seguro para nuestra mente.
Siguiente entrega: ¡Maldita memoria!