Arturo Elías Ayub, reconocido empresario mexicano, yerno de Carlos Slim y entre varios membretes más, director de UNO Noticias, tiene seis meses que lanzó un programa entre las empresas del grupo Carso y con productos públicos sobre ‘Aprender a aprender’. Bueno, pero para nada nuevo.
En el mundo de los corporativos, esta frase, así como “conocer lo que se conoce” o “saber lo que se sabe” son usadas desde hace dos décadas para popularizar el concepto de la metacognición que, como ya leímos el sábado pasado, es el aspecto más relevante para aumentar tu productividad a través de la consciencia, motivo de estas periódicas reflexiones en este agradable trozo de papel (o de pantalla) sabatino.
Hay dos disciplinas de probada potencia para aumentar la metacognición: los mapas cognitivos (tratados la semana pasada) y la meditación (que trataremos hoy).
El control de la mente ha sido una de las preocupaciones humanas más antiguas, controlar los pensamientos y enfocar la atención es un anhelo en cualquier civilización y han surgido muchas escuelas para lograrlo. En Google se medita antes y después de cada junta desde hace 15 años.
Las meditaciones se pueden clasificar en tres grupos:
a) Realizando otra actividad. A través de la concentración en otra actividad la mente se calma y se puede acceder a conocimiento más profundo e intuición. En esta categoría está el canto de mantras, el dibujo de mandalas, la danza de los derviches, por mencionar las más conocidas.
b) Visualización. Un tercero guía los pensamientos de otras personas con imágenes definidas que cada quién genera en su mente y se viaja a diferentes lugares y escenarios. Esta técnica es muy antigua y los hebreos, hasta la fecha, la utilizan de manera frecuente dentro de la práctica conocida como la Kabbalah. Para efectos productivos suele ayudar a la visualización de objetivos.
c) Shamata. Hay muchas técnicas para lograr “detener” la mente, la meditación sobre la nada o “poner la mente en blanco” es la más difícil. Fijar la atención en la respiración es la más fácil pero poderosa para iniciarse en esta comprobada forma de aumentar la productividad, la más popular en Sillicon Valley. Siguiente entrega: Los engaños de la mente.