Casi todo el mundo admira el modelo nórdico. Países como Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia tienen una elevada productividad económica
David Brooks
Casi todo el mundo admira el modelo nórdico. Países como Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia tienen una elevada productividad económica, una igualdad social superior, una alta confianza social, al igual que elevados niveles de felicidad personal. Los progresistas dicen que se debe a que tienen generosos estados de bienestar.
Algunos libertarios señalan que estos países tienen buenos puntajes en casi todas las medidas de la apertura del libre mercado. Los restriccionistas de la inmigración apuntan que hasta hace poco eran sociedades étnicamente homogéneas. Sin embargo, las naciones nórdicas eran étnicamente homogéneas en 1800 cuando eran tremendamente pobres.
Su crecimiento económico arrancó hasta después de 1870, mucho antes de que se establecieran sus estados de bienestar.
Lo que realmente catapultó a las naciones nórdicas fueron generaciones de políticas educativas fenomenales. Las élites nórdicas del siglo XIX hicieron algo que no hemos podido hacer en este país en épocas recientes. Se dieron cuenta de que para que sus países prosperasen tenían que crear “escuelas para el pueblo” verdaderamente exitosas para su población menos educada. Se dieron cuenta de que iban a hacer del aprendizaje para toda la vida una parte del tejido natural de la sociedad. Vieron la educación de manera distinta que nosotros.
La palabra alemana que usaron para describir su estrategia, “bildung”, ni siquiera tiene un equivalente en inglés. Significa la completa transformación moral, emocional, intelectual y cívica del individuo. Se basa en la idea de que las personas, para poder ser capaces de manejar y contribuir con una sociedad industrial emergente, necesitan vidas interiores más complejas.
Hoy, los estadounidenses suelen pensar en la escolarización como la transmisión de conjuntos de capacidades especializadas: el estudiante puede leer, hacer cuentas, recitar los hechos de la biología.