Esa fue la frase que me dijo don José, un amable taxista queretano hace algunos meses cuando le cuestioné sobre la afectación que él percibía con la aparente competencia
Raúl D. Lorea
Esa fue la frase que me dijo don José, un amable taxista queretano hace algunos meses cuando le cuestioné sobre la afectación que él percibía con la aparente competencia que supone la operación de servicio de transporte privado de plataforma digital como Uber, Cabify, Didi o Easy Taxi.
Como taxista de la vieja escuela, tiene más de 30 años al volante, es dueño de su vehículo y de las placas, paga cada año su refrendo, tiene su licencia vigente, tarjetón a la vista, y su taxi en muy buenas condiciones, de trato amable y muy respetuoso.
Hay mucho qué analizar tras los altercados violentos del 4 de febrero en la Terminal de Autobuses de Querétaro y me permito, amable lector, compartirle mis conclusiones. Primero que todo, en esta era digital, las plataformas ofrecen beneficios que el taxi tradicional no ha incorporado y que serían muy beneficiosas para todos.
Por ejemplo, la posibilidad de evaluar en tiempo real a nuestro conductor y a su unidad sabiendo que de verdad tendrá consecuencias a través de la plataforma. Por otro lado, los trámites para obtener una concesión de taxi son muy complejos, así como las revisiones, la obtención de placas, los pagos de derechos (licencia, refrendos, revistas…), requisitos que en el servicio de plataformas no se exigen.
Los servicios de plataforma no permiten unidades de más de cuatro años, por lo que el desgaste es menor al que sufre un ‘amarillo’ al permitírseles 10 años en circulación.
La autoridad está ante una buena oportunidad de modernizar el servicio de taxi tradicional, apoyar al gremio del que comen tantas familias queretanas evitando a toda costa cualquier tipo de violencia que nunca es justificada. Finalmente, el usuario decide con quién viajar, pero la autoridad puede mediar y mejorar las condiciones para que en realidad sea una competencia justa.
Uber reportó el año pasado un padrón de 12 mil 500 conductores en el Estado de Querétaro; sin embargo, se estima que son 500 vehículos los que operan bajo esta plataforma, por lo que la flotilla de taxis queretanos sigue siendo mayor, de acuerdo con el IQT, que en 2019 reportó 4 mil 600 unidades. ¿Usted, daría segunda oportunidad a los tradicionales amarillos?.