Cómo crónica de una muerte anunciada, el día de ayer se hizo oficial que en 2019 el país entro en recesión
Abel Mejía
Podrán gritar que hay otros datos, que son los conservadores los que quieren boicotear al gobierno, que es la prensa Fifí la que solo se fija en lo negativo… pero los números son innegables: en 2019 la economía decreció 0.1%, cosa que no había pasado en los últimos 10 años, aun con la mafia del poder al mando del país.
Ante la cruda y triste realidad nacional, hay que preguntarse ¿y en Querétaro, como estamos? En el estado hemos sido ejemplo a nivel nacional desde hace muchos años, pues –según cifras del INEGI– entre 2004 y 2018 se creció a un ritmo anual promedio de alrededor de 4.5 por ciento, casi el doble del promedio nacional en el mismo periodo. Claramente debemos congratularnos por estos excelentes resultados, frutos de gobiernos del PRI y del PAN y de la sociedad civil queretana, pero debemos redoblar esfuerzos para que el fenómeno negativo de la economía nacional no nos arrastre, o nos arrastre por lo menos solo poquito.
¿Qué hay que hacer? Esta es siempre la pregunta de los mil millones, donde todo mundo tiene una opinión distinta. Aquí ofrezco una perspectiva basada en los estándares que típicamente se utilizan para hacer las clasificaciones de los mejores países donde vivir, los cuales están basados en una mejor calidad de vida. Uso este criterio porque, en mi humilde opinión, eso es justamente lo que ofrece Querétaro: un excelente lugar para criar una familia pudiendo desempeñar una actividad profesional sofisticada o moderadamente sofisticada, en un entorno de razonable seguridad personal y estado de derecho, con accesibilidad a servicios hospitalarios, educativos, financieros y recreativos de calidad.
Estas clasificaciones dan un peso muy importante a las siguientes variables: (i) tener un merca6do laboral dinámico y aspiracional (i.e. con proyección profesional, internacional y retador); (ii) instituciones educativas que preparen bajo estándares internacionales a los niños y jóvenes; (iii) acceso sencillo y transparente a tribunales que impartan justicia expedita, razonada y sin requerir pagos de facilitamiento (“grease payments”); (iv) autoridades de seguridad pública confiables que prevengan el delito menor y mantengan a raya al crimen organizado; (iv) un sistema político que permita alternancia pacífica, continuidad de programas económicos exitosos y que sea tolerante a la crítica constructiva y a la oposición; (v) proveedores de servicios médicos con profesionistas de excelencia y tecnología de vanguardia; y (vi) infraestructura de movilidad robusta (básicamente carreteras y aeropuertos de pasajeros y de carga).
En Querétaro creo que se ha hecho una muy buena labor, pero aún hay áreas de oportunidad importante. Aún gozamos, en general, de estado de derecho y seguridad personal, pero son áreas donde se empieza a percibir un riesgo. A su vez, la red carretera, las vías internas del estado y el aeropuerto necesitan inversiones sustanciales pronta. Si antes era importante atender estas áreas, ahora se hace esencial para mantenernos como una luz estatal en la obscuridad nacional.