Fernando Cásarez
Kobe Bryant es uno de esos deportistas que trasciende su disciplina. Hace cuatro años aún lo veíamos en las duelas de la NBA, en la época posterior a Michael Jordan; solo él y LeBron han tenido un impacto mediático comparable. Sin importar a qué equipo apoyes, Kobe era un jugador que se admiraba y respetaba, e incluso quien no es un seguidor del baloncesto, probablemente llegó a escuchar su nombre. Por eso es que su muerte tuvo un gran impacto.
En cuanto a la noticia, este domingo un helicóptero donde viajaban Kobe, así como una de sus hijas y otros siete pasajeros, se desplomó en Los Ángeles; no hubo sobrevivientes. De inmediato, hubo reacciones en todo el mundo, ya que Kobe fue de esos atletas que alcanzaron otro nivel.
Kobe Bryant, o como él mismo se denominó, ‘Black Mamba’, fue un jugador de enorme talento, saltó de la preparatoria a la NBA, jugó 20 temporadas, fue 18 veces al Juego de Estrellas, ganó cinco títulos, fue dos veces campeón olímpico, fue un basquetbolista completo en ataque y defensa, se le llegó a comparar con Jordan, y sin duda es uno de los mejores en la historia. De la mano de Phil Jackson, el mismo que llevó a Jordan y Chicago a seis títulos, y junto primero a Shaquille O’Neal y luego a Pau Gasol alcanzó la cima de la NBA.
No soy aficionado de los Lakers; de hecho, es el equipo que menos me simpatiza. Sin embargo, Kobe me generaba, como creo que a muchos no seguidores de los Lakers, una admiración y un respeto poco común en un jugador de un equipo rival, principalmente por su calidad y su personalidad, esa que lo hizo cobrar tiros libres con el talón de Aquiles roto, marcar 81 puntos en un solo partido, esa que lo llevó a meterse en el mundo del futbol, a dar entrevistas en español o italiano y ser siempre accesible. Por eso, otros atletas como su amigo Tiger Woods o varias estrellas de la NFL en pleno Pro Bowl hablaron de él antes de ellos este domingo al terminar sus actuaciones y fanes en estos eventos corearon su nombre. Los homenajes no se hicieron esperar, ya que Mamba está entre los grandes del deporte estadounidense y quedará en la memoria como uno de los basquetbolistas más influyentes en aficionados y otros atletas de la historia.