En el sistema económico predominante, el dinero se considera el único medio para medir la riqueza de un país
Ramón Santillana
Esta visión, por fortuna, ha cambiado de manera profunda en las últimas décadas. El tiempo como un recurso ha sido reevaluado a dimensiones más justas.
Igual pasa con la creatividad. Se trata de un activo del cual nadie está exento, pero ciertas profesiones dependen en mayor medida de este factor. De entre muchas, como lo son el diseño o la arquitectura, es mi interés destacar la música. Más allá de ser un medio de expresión, es una profesión fundamental que da sentido a cualquier estructura social que se quiera pensar.
La música ha estado presente desde que existe el ser humano. En distintos puntos del espacio-tiempo, la música ha tenido más o menos valor.
En México era muy común escuchar que dedicarse a estudiar, componer y/o ejecutar música no era una profesión. Alguien que lo hiciera, a criterio del conservadurismo social, tenía que además estarse dedicando a otra cosa “para no morirse de hambre”.
Existía un gran aprecio por aquéllos artistas de renombre, ya famosos y cuyas canciones alimentaban el imaginario colectivo. Pero a la par había un no muy callado desprecio por artistas ‘menores’ que buscaban hacer sonar sus canciones en cafés, plazas y festivales en nuestro país. Fue una época oscura. Tanto, que géneros como el rock eran abiertamente reprimidos.
Se asociaba a ese género y sus representantes con fenómenos sociales como las guerrillas y el comunismo.
No pasaba nada si cierto cantante aparecía ebrio sobre un escenario, pero en perfecto control de sí mismo gracias a kilos de cocaína. Como no era rock, sino balada romántica, “Adelante”, decía el Gobierno, “tiene permiso”. Generaciones enteras suprimieron instintos creativos en aras de otras profesiones que ‘dejaran más dinero’.
Hoy el paradigma ha cambiado, y se avecina un desplazamiento muy importante en la visión que se tiene sobre el rol de todo lo que sea ‘creativo’.
El rol de quienes hacen e interpretan música está por experimentar una era dorada gracias a la apertura social y económica que se vive actualmente